LIVRARIA CULTURA

Una librería con un lugar de encuentro. Esta fue la principal premisa del proyecto arquitectónico de la librería Livraria Cultura en Iguatemi. Más que sólo un mero lugar para ir de compras, la tienda está invitando a quedarse y pasar el rato. Por lo tanto, se buscó para que los visitantes no sólo encuentran un libro que podría estar buscando, sino que permanezcan allí.
La entrada es un 7.7m con marcos de vidrio y aluminio que son totalmente empotrada, dejando el paso libre. En esta planta, con unas dimensiones más íntimas, nos encontramos con los productos audiovisuales, tales como rayos azules y una cafetería en el jardín. Un conjunto de escaleras mecánicas llevar a la gran envergadura de la librería, llegando a más de un piso intermedio, que alberga juguetes y libros de historietas – el llamado espacio de Geek.
A continuación, se llega a la planta superior donde hay una habitación grande, con mesas y sillas de palos, así como gradas 21m de ancho de apertura en el lapso. Invitando a hojear las páginas de un libro o incluso para mantener pequeños conciertos y conferencias, esta estructura conduce a los visitantes a la entreplanta abierta.
Los libros dan la vuelta al espacio, con el apoyo de once grandes mesas dispuestas ortogonalmente en la sala grande y en blanco se coloca en las zonas periféricas. Estos estantes han incorporado en los LEDs y delimitar el espacio, como un cubo interno chapado de libros. Una sala de usos múltiples, especialmente para conferencias – que ganó el café filosófico nombre -, una habitación reservada para un jardín y libros para niños, de completar el programa.
El piso y el revestimiento, así como las tablas de visualización son también de madera. Los otros planos laminados usan blancos y distinguen las paredes laterales del resto. Vidrio pasamanos minimizar la interferencia visual de estos elementos en el espacio, desapareciendo en todo el trazado. La iluminación se logra mediante líneas de luz y completado por la luz excepcional en el centro de la habitación de arriba.
La configuración de la planta librería, especialmente con la circulación abierta, buscó fluidez y continuidad espacial. El viaje de arquitectura comienza en un espacio acogedor y luego llega a una zona monumental, viviendo, donde la mayor parte de los productos y los visitantes pueden interactuar unos con otros, donde se puede tomar un libro y leer un capítulo, incluso antes de comprarlo, donde uno puede simplemente descansar y observar el movimiento. Pensamos así, con invitación y espacios agradables que terminan promoviendo un tipo de socialización entre las personas, éstas son las librerías de pleno siglo XXI. El programa es la vida misma de la tienda.