Logo Archivo Baq2020

CASA MARINO

BAQ 2016
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO
ARGENTINA
KARINA PAFUNDI, DAMIÁN PARODI, VANESA LIJDENS, VANESA LIJDENS, SOLEDAD MELILLO, ÁNGEL SANTOS, ESTUDIO BULLA

(…) Creo en la fusión de los sentidos. Escuchar un sonido es ver su espacio. El espacio tiene tonalidad, y me imagino a mí mismo componiendo. (…)

Louis I. Kahn, Space and the inspirations, L’ architecture d’aujourd’hui 40, Febrero – Marzo 1969.

 

Existen variadas relaciones entre el sujeto y el objeto, una de ellas es la relación de “conciencia”. Sartre dirá que esa conciencia se construye a partir de experiencias pasadas, habiendo siempre una intencionalidad. El modo en que se nos da esa relación es a partir de la percepción.

 

Acercarnos a proyectar una casa en los bosques de Pinamar, implica el ejercicio de “traer al frente” los sentidos para reconocer el entorno, lo que lo rodea. Así es como se hace presente el territorio, con un rayo infrecuente de sol que marca sombras en el suelo de un laberinto de troncos de todo tipo.

Respetando su entorno y aprovechando las visuales, la casa intenta hacer propia la atmósfera del lugar, disponiéndose sobre uno de los bordes del terreno abriéndose hacia el norte y hacia el propio bosque.

Centrando la problemática en el tema matérico-estructural, el proyecto indaga sobre el par material hormigón-madera, proponiendo al primero como el material que define la estructura tectónico-espacial del proyecto. Tres tabiques, dispuestos linealmente entre sí, soportan las losas que a su vez cuelgan de las vigas superiores. La estructura, con sus diferencias de texturas y dimensiones, define los límites de los espacios y se hace presente potenciando la planta liberada del sector público y posibilitando fenoménicamente que dicho espacio sea totalmente etéreo en cuanto a sus límites; dado que las carpinterías pueden abrirse en su totalidad conformando un espacio continuo semicubierto. El límite es el bosque.

Por el otro lado la madera, material que conforma todos los volúmenes y tabiques, y como el elemento capaz de definir las posibles relaciones de límites espaciales que pueden generarse en cuanto al entorno. Estos límites se hacen difusos, son manipulables. Se pueden tamizar, cerrar, mover, separar, y así definir las relaciones con el entorno.

Funcionalmente la casa propone el acceso desde un patio apendicular a la explanada que conforma y recorre la continuidad de las expansiones desde la calle. Este patio divide el sector del estudio y recinto de la parte pública, conformada por el estar comedor, cocina y sector de parrilla. En la planta alta los dormitorios quedan definidos espacialmente por la ubicación del núcleo húmedo y los tabiques de madera. A su vez se accede desde este nivel a un mirador para contemplar el bosque.

Al mismo tiempo una pieza íntegramente de madera recorre todo el proyecto, encastrándose en la estructura de hormigón y relacionando los diferentes niveles con usos de guardado e iluminación cenital según la condición del lugar.

Casi como un negativo, el proyecto indaga sobre las relaciones materiales y fenoménicas que se dan entre el mundo de lo de abajo (público) y el de arriba (privado). Desde las texturas del hormigón hasta la textura de los cerramientos de madera (cerrándose por el exterior en planta baja y por el interior en la alta), el proyecto presenta este contrapunto, acentuando la diferencia de lo soportado y lo soportante, como un árbol que expresa los elementos que cobijan al espacio protegido.

Metro De Quito
ecp banner archivo baq
Metro De Quito
ecp banner archivo baq