OFICINAS KMC

Situado en Hyderabad, India, este edificio corporativo emplea el concepto de doble piel tanto como sistema de ahorro de energía como mecanismo visual dinámico. La piel interior del edificio se materializa en hormigón armado con ventanas practicables, mientras que la piel exterior consta de un entramado de aluminio. Este se diseña a medida, con bandejas hidropónicas y un sistema de riego por goteo que permite el crecimiento de diferentes especies de plantas. El entramado también incorpora un sistema que rocía agua con el fin de controlar y regular la cantidad de agua pulverizada que se utiliza para enfriar el edificio. Además, la piel se inspira en la idea de doble fachada que permite la dosificación de luz y aire, enfriándose este al atravesar la propia fachada. Este concepto desafía la idea generalizada de ‘jardín vertical’, que implica una función meramente estética como superficie que cubre el edificio.

En este proyecto, además de otras funciones, la piel sigue jugando su papel estético. Como fachada dinámica, varias especies de plantas se organizan formando patrones. Además, se aprovechan los cambios estacionales en el florecimiento de las diferentes plantas para enfatizar diversas zonas del edificio a lo largo del año. Así, las estrategias de diseño del paisaje tienen en cuenta los cambios en los patrones a través de las estaciones, generando una fachada dinámica. El sistema de rocío de agua pulverizada hidrata el follaje y crea una nube temporal que enfría los espacios interiores del edificio. Este modelo de fachada también genera una proximidad entre los jardineros y el interior de los espacios de oficina. Así, se establece una constante conversación visual entre los diversos empleados, que trabajan tanto dentro como alrededor del edificio. Esta permeabilidad visual del mismo entre grupos tan heterogéneos, tanto económicamente como socialmente, difumina la barrera social creada por las diferentes clases que, inevitablemente, trabajan para organizaciones corporativas en India.

La fachada fue desarrollada y ejecutada de manera local a través de artesanos ubicados en un pueblo en el sur de la India. Trabajar cerca del proceso de fundición del aluminio nos permitió tanto desarrollar los entramados exteriores utilizando el conocimiento de los cualificados artesanos, así como desarrollar junto a los mismos nuevos métodos de fabricación in situ. La decisión de construir los entramados artesanalmente tenía como objetivo demostrar las cualidades y destrezas propias de materiales que, por el contrario, suelen considerarse únicamente en producciones a gran escala. Además, la estrategia de separación de fachadas permitió que la piel exterior evolucionara independientemente durante veinte cuatro meses, mientras la cascara básica se completó en tan solo catorce meses, permitiendo la ocupación del edifico en este periodo de tiempo.