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REVISTA ARQUINE

BAQ 2016
CATEGORÍA PUBLICACIONES PERIÓDICAS ESPECIALIZADAS
MÉXICO
MIQUEL ADRIÀ, ALEJANDRO HERNÁNDEZ GÁLVEZ, ANDREA GRIBORIO, PEDRO HERNÁNDEZ

De la unidad al conjunto

Primavera 2016

La vivienda es la esencia de nuestras ciudades. La mayor parte de las construcciones son espacios para habitar, formal o informalmente. La modernidad se caracteriza por la racionalización de la vivienda colectiva. En respuesta al hacinamiento y a la pobreza en las ciudades, que se dio como consecuencia de la Revolución industrial y las migraciones procedentes del campo, el Estado, los empresarios, los antropólogos y los arquitectos dirigieron su atención al problema de la vivienda “social”: la máquina de habitar, que postulaba Le Corbusier, se formulaba como un elemento capaz de clonarse para concebir un conjunto de células agrupadas desde la Unidad de habitación hasta la ciudad y el mundo.

Alejandro Aravena, recién galardonado Premio Pritzker —a quien celebramos en estas páginas—, decía que hay dos caminos excluyentes en la arquitectura contemporánea: el que aborda la forma como generadora de espacios y aquel que incorpora datos estadísticos y transversales para analizar y entender la realidad, y aboga por una síntesis de ambos para resolver problemas reales desde la forma y la construcción de espacios. Desde esta perspectiva, cuando más de la mitad de la población del planeta es ya urbana, las propuestas que se publican en Arquine 75 cuestionan el papel que puede desempeñar la vivienda, de la unidad al conjunto, en las nuevas formaciones urbanas.

Así, un conjunto de obras de distintas escalas y procedencias ilustran propuestas de vivienda experimental y sustentable —donde la flexibilidad tipológica y funcional responde a las necesidades contemporáneas—, y unidades de habitación que siguen desarrollando variantes del prototipo moderno. A su vez, se muestran proyectos de rescate de las unidades habitacionales del pasado siglo, dotándolas de espacio público de calidad.

Coincidiendo con el tercer Festival Internacional de Arquitectura y Ciudad MEXTRÓPOLI, este número temático incluye proyectos recientes que abordan la densificación de la ciudad y se publica, en un libro aparte, un dossier extenso con ensayos dedicados a reflexionar sobre estos mismos temas.

Otros frentes

Verano 2016

Este número 76 está dedicado a la arquitectura que responde a condiciones de urgencia y que asume una posición explícita y directa ante ciertas condiciones económicas y sociales. Tras la crisis de la última década, han aparecido numerosas alternativas que se aproximan al urbanismo informal, a la recuperación de la cultura popular y a la participación de los ciudadanos. Apunta Justin McGuirk que “aceptar la ciudad informal es un factor inevitable de la condición urbana, es una lección clave que los arquitectos latinoamericanos pueden enseñarle al mundo”. Y el modelo de arquitecto activista que propone, parte de que la ciudad informal es un hecho y que la única forma de avanzar es aceptar que se trata de una pieza productiva, en funcionamiento, y no algo que hay que sustituir. Sin la tabula rasa de la modernidad, el arquitecto debe observar, mapear y experimentar con nuevos prototipos, creando acciones más que formas.

Este año, en la XV Bienal de Arquitectura de Venecia, Alejandro Aravena propone el tema Reportando desde el frente, para mostrar arquitecturas que actúan donde son más necesarias. Busca identificar los desafíos que sí importan, que están conectados con la realidad y que libran la batalla desde la propia disciplina arquitectónica. En esta línea, publicamos ejemplos donde la arquitectura ya no se forma por objetos sino por sistemas integrados en contextos habitados y que son modelos de transformación, gestados en talleres participativos. Sin duda el trabajo desarrollado desde el Rural Studio dentro de la Auburn University de Alabama o las experiencias de la Universidad de Talca, en Chile, están en el origen de una serie de proyectos que promueven una arquitectura social que dialoga con el territorio y la comunidad. Unas responden con urgencia a desastres naturales —como en Ciudad Acuña, Coahuila o en Constitución, en Chile— y otras proveen de espacios comunitarios en Japón, Venezuela o Portugal. Todas tratan de resolver, con arquitectura de calidad, problemas reales desde la forma y la construcción de espacios.

En concreto

Invierno 2016

El concreto devolvió a la arquitectura su sentido original. Sigfried Giedion destacó este nuevo material —que aúna varillas de fierro y cemento— como el artífice para escapar del academicismo de siglos. Si el acero y los elevadores llevaron a una nueva tipología, el concreto regresó la arquitectura a la construcción, ya que se atiene a la forma del molde y, como material, no genera un vocabulario por y para sí mismo.

Eugène Viollet-le-Duc —en el siglo XIX— había detectado que las nuevas formas de la arquitectura las definirían los nuevos materiales; en 1905 los hermanos Perret construyeron en París el primer edificio de concreto totalmente expuesto; Albert Kahn, en Estados Unidos, vio las virtudes ideales del concreto para satisfacer las exigencias fundamentales de la economía, la estandarización y la protección contra el fuego; Frank Lloyd Wright quedó fascinado ante las posibilidades de este material, dejando vistas las superficies del Templo Unitario en Oak Park; y Le Corbusier ideó el sistema Dom-ino para resolver la reconstrucción rápida de Flandes, arrasada durante la Primera Guerra Mundial, mientras que la separación de funciones entre estructura y cerramiento le permitió materializar algunos de sus principios —planta libre, fachada libre y azotea jardín—. Si los brutalistas —de Le Corbusier a Paul Rudolph y tantos otros después— exploraron la expresión plástica del concreto, y los ingenieros explotaron los potenciales de la resistencia estructural de concretos pre y postensados, Félix Candela, Santiago Calatrava o Zaha Hadid (por citar la estirpe más destacada), fundieron ambas disciplinas en la expresión de sus formas.

En este Arquine 77 publicamos obras contemporáneas que rescatan las virtudes y expresiones del concreto: desde el lirismo de la casa de Cecilia Puga, la Casa de Gobierno en Buenos Aires de Foster + Partners, o la parroquia de Moneo Brock en Monterrey, a la retícula abstracta del edificio de Ambrosi Etchegaray o las cajas básicas de las residencias de verano de AdamoFaiden y el sistema portugués Gomos de prefabricados en túnel, hasta los precolados perfectos SCOB en el Port Vell de Barcelona, que explotan el potencial del molde, o el expresionismo de Teodoro González de León en la ampliación de El Colegio de México y los injertos en concreto de Smiljan Radic en la nave teatral de Santiago.

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