CASA EN ALTOS

Ubicado a la salida de San Bernardino, sobre la ruta a Altos, este proyecto fue formulado a partir de una estructura o cascarón abandonado, el cual fue sometido a una operación de vaciamiento de lo que consideramos superfluo, para lograr develar su estructura en un sentido más puro, que preservara el objeto pero que al mismo tiempo nos permitiera manipularlo para hacerlo propio… casi como un object trouve, que, a diferencia de ciertas prácticas en el campo del arte, en la arquitectura, esta noción suele estar limitada por la relación del edificio y el lugar…

La materia prima con la que contábamos era la de unas vistas imponentes, un terreno con gran desnivel, de casi 7.000 m2 y en el que su valor residía en las cualidades intrínsecas del mismo: no era un terreno para contemplar una casa, sino una casa para apropiarse del territorio…también, y en contra partida, las mejores vistas daban hacia la orientación menos favorable que es el cuadrante Oeste, lo que implicaba mucha exposición solar y altas temperaturas.

Optamos nuevamente por tomar todo lo que nos ofreciera el lugar como punto “a favor” y observamos que este era un terreno para recorrer. A partir de esta premisa, se re diseña el volumen de acceso y se rescata la idea de promenade para llegar a él, ya que también queríamos descubrir esta casa de fin de semana, como lo hace un viajero… lenta y sensualmente, recorriendo sus jardines hasta cruzar el acceso que nos confronta con la majestuosa vista de la cuenca del Lago Ypacarai.

El área social en doble altura se proyecta al exterior sobre unos nuevos aleros de Ho visto, que la protegen con unos parasoles suspendidos en la planta alta sobre la galería también en doble altura…, diferenciando así el carácter íntimo de los dormitorios. Esto nos permite disfrutar de las vistas pero tamizarlas también según la hora a través de unos mecanismos automatizados, al amparo del acceso, el living y el comedor.

La nueva piscina a continuación de esta galería, articula la relación entre los tres volúmenes de la vivienda (área de cocina, área social y área de quincho) refleja el cielo y lo devuelve al interior de la vivienda, y su diseño en dos niveles adaptados a la topografía, refuerza la idea de apropiarse del terreno y recorrerlo.

Una constante en nuestro trabajo es la continuidad de ciertas búsquedas de incorporación de opuestos, pero las mismas siempre se remiten a la actitud que tomamos ante cada encargo en particular, aquí, lo macizo y lo cerrado quedan relegados a los niveles de sub suelo y si acaso a la cubierta, y la idea de ligereza, queda plasmada en la liberación de los cerramientos transparentes, en detalles como la caja de circulación vertical, los puentes de vidrio de conexión , las barandas casi flotantes, las nuevas estructuras metálicas de soporte de aleros (de menor sección que las pre existentes de hormigón) pero sobre todo en las uniones entre las losas y los cerramientos ya que todo lo diseñado en el interior apunta a rescatar la unidad de la forma de los techos, por esto los muros solo llegan a una altura de 2,40 mts en planta alta para luego desmaterializarse en cerramientos de vidrio y marcos de madera, lo que permite visualizar los quiebres de las losas que quedaron vistas. Solo en el área social incorporamos un cielo raso para contrastar la superficie blanca y pulida con las otras cementicias.

El diseño de exteriores define los espacios según proximidad de uso y delimita la propiedad con muros y mallas que siguen formas similares a las que rigen en las cubiertas.