BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | EQUIPAMIENTO
MÉXICO
Autor/es: Taller Mauricio Roha + Gabriela Carrillo – Diseño: Arq. Mauricio Rocha, Arq. Gabriela Carrillo
Colaboradores: Arq. Juan Carlos Montiel, Arq. Giordana Rojas, Arq. Alma Caballero, Arq. Andrés Burguete, Arq. Karim gómez, Arq. Arturo Ojeda, Arq. Lilia Salgado, Ingeniería Estructural: Ingeniería Estructural Sismoresistente S.A. de C.V., Instalaciones Hidrosanitaroas: Taller 2m Arq , Construcción: Carser, Asesoría Estructural, Secretaría de Obras públicas del Estado de Morelos – Ing. Víctor Escobar, Diseño de Iluminación: Eléctrica Polux, S.A. de C.V. , Maqueta: Francisco Ortiz, Carpintería Arquitectónica Taller Mauricio Rocha + Gabriela Carrillo
El concepto de este edificio responde a las necesidades y oportunidades que brindaba el antiguo barrio de La Carolina en el corazón del antiguo centro de Cuernavaca. Un barrio de tradición encajado en la sinuosa topografía de Cuernavaca con una densidad alta de construcción y con pocos lugares libres de esparcimiento. La importante investigación realizada por la Secretaria de Cultura del estado encontró la necesidad de un espacio común donde la cultura, la recreación y el deporte fueran fuente de energía para su cotidianidad subsanando así grietas sociales entre colonias como parte del histórico del lugar.
De esa manera imaginamos un gran vacío que permitiera a manera de un gran foro alojar cualquier diversidad de actividades, desde un partido informal de futbol hasta representaciones teatrales o ensayos para conciertos de música. Pensar en el maravilloso clima de Cuernavaca e imaginar siempre un edificio que permitiera al usuario romper las fronteras entre el interior y el exterior. Tránsitos flexibles para tener una terraza al aire libre y circulaciones múltiples que permitieran el acceso variado a las distintas áreas de trabajo y terrazas. Pensamos en un edificio ¨pérgola¨ que permitiera crear una sombra de buena altura a la planta baja y que a su vez el tamaño de los talleres su multiplicara de tamaño abriendo ventanales totales a las fachadas norte y cerrando por completo las fachadas sur logrando también una correcta iluminación evitando el asoleamiento. Creamos una muralla que absorbiera las diferencias topográficas en exterior y que al mismo tiempo alojara las áreas administrativas y la biblioteca que conecta de manera visual al segundo gran vacío del proyecto, el oasis. Esta segunda etapa del proyecto fue concebida como la contraparte del vacío duro del primer patio, un gran jardín donde la sombra se obtiene por los distintos árboles y donde los muros colindantes servirán para proyectar cine de noche o bien realizar actividades recreativas y lúdicas para los niños. Un gran pórtico en planta baja y planta alta complementan el programa con talleres de mayor formato y con la oportunidad de volcarse a este gran jardín en el corazón urbano de esta capital del estado.
El edificio concebido en concreto aparente y tepetate color chocolate responde no solo al apodo que ya aquel predio tenía por alojar los camiones llamados los ¨chocolates¨ sino que también busca utilizar materiales aparentes de bajo mantenimiento que al mismo tiempo sean acústicos y térmicos para los espacios interiores sin necesidad de una climatización artificial.
La creación de un espacio de uso múltiple, flexible y sobre todo versátil para que cualquier cosa pueda suceder respetando la memoria, pero sobre todo reconociendo las necesidades locales, así como su clima y su paisaje fueron la fuente principal para imaginar unos Chocolates en La Carolina.