BAQ 2020
PREMIO MUNDIAL | HÁBITAT SOCIAL Y DESARROLLO
PERÚ
AUTORES: Semillas Arq. Marta Maccaglia, Arq. Martina Uda, Arq. Giuliana Miglierina, Arq. Gonzalo Diaz Arrieta Ing. Carlos Barreda, Mediador cultural y coordinación: Marta Anducas Armengou, Coord. obra: Raffaela Ceparano, Coord. obra: Matteo Penzo, Coord. obra: Ilaria Pinto, Coord. obra: Pamela Amadio, Mediador interinstitucional: Roberto Ortis, Mediador interinstitucional: Simone Wick, Coord. comunitaria: Italo Cherense Leguía, Coord. comunitaria: Caleb Jerónimo Jerónimo, Coord. comunitaria: Verónica Chari, Constructor: Javier Garcia Paucar, Constructor: Elias Martinez Ramos.
El “Centro educativo y comunitario Jerusalén de Miñaro” está ubicado en una comunidad nativa Nomatchiguenga del distrito de Pangoa. En esta comunidad existía una escuela primaria desde hace 40 años y versaba en estado de completo abandono. Hoy el nuevo centro educativo recibe más de 200 alumnas y alumnos brindando un espacio democrático, donde niños, jóvenes y adultos pueden soñar y emprender el futuro deseado.
La realización del proyecto ha sido impulsada gracias a la cooperación de distintas instituciones nacionales e internacionales, así como a la participación de la comunidad en todas las etapas del proyecto.
En este sentido, en las etapas de diagnóstico y de proyecto se llevaron a cabo talleres participativos con los alumnos, padres de familia y profesores para determinar las necesidades de la comunidad, sus dinámicas y sus sueños para la futura escuela.
La construcción se ha desarrollado guiada por el trabajo de maestros constructores especializados y trabajadores de la misma comunidad, permitiendo la transferencia de conocimiento a través de la experiencia de trabajo in situ y talleres de capacitación a lo largo de todo el proceso de construcción.
El edificio se organiza en cuatro módulos, tres de aulas y uno multifuncional con cocina. Adicionalmente se plantea la remodelación y mejoramiento de los servicios higiénicos. Los tres módulos escolares están dispuestos al lado sur del lote, con la fachada longitudinal orientada norte/sur.
La vegetación y árboles preexistentes se integran con el diseño. En la sala multifuncional un árbol marca el acceso principal de la escuela y forma parte del espacio interior. Al lado norte, una fila de árboles acompaña la fachada favoreciendo una iluminación indirecta y sombreando los pasillos de conexión.
Los niños se han apropiado de los amplios patios cubiertos, creando un mundo imaginario en donde los muros se convierten en trepaderas, las divisiones de madera en escondites y las ventanas en sillas. Los pasillos cubiertos y patios contiguos a las aulas van formando circuitos y recorridos de juego y fantasía que conducen a “Parquebambú”, un espacio para jugar con libertad, construido en el marco de un workshop de construcción con estudiantes y la comunidad.
El diseño propuesto es modular con una estructura principal en hormigón armado y madera y una cubierta liviana con doble caída. El confort ambiental se logró a través de la utilización de sistemas pasivos, con particular atención al control de la radiación solar, la ventilación y la iluminación natural. La cubierta cuenta con lucernarios que además de favorecer la iluminación indirecta, favorece la salida de aire caliente. El techo cuenta con un sistema recolector de aguas de lluvia que se almacenan y se bombean a unos tanques elevados.
Finalmente, la escuela en la comunidad nativa Jerusalén de Miñaro propone nuevos espacios educativos, más libres, de uso indeterminado, versátiles y que inciten a la creatividad. La escuela pasa a convertirse en un hito comunitario, un lugar de uso público, un catalizador social para toda la comunidad.
