BAQ 2020
PREMIO MUNDIAL | HÁBITAT SOCIAL Y DESARROLLO
MÉXICO
AUTORES: Arq. José Pablo Ambrosi, Arq. Loreta Castro Reguera, Lic. Sylbeth García Boone, Lic. Marizú Martínez, Ing. Gerson Huerta, Fernando Cazares, Arq. Arturo Frías, Arq. Diego García, Lic. Carlos Ronquillo.
En México la escasez del recurso hídrico se ha vuelto una constante en muchas ciudades, repercutiendo de forma directa en la calidad de vida de la población. La falta de agua tiene graves consecuencias, por lo que hoy se buscan nuevas alternativas que permitan mitigar, paulatinamente, el desabasto. Ante la creciente demanda, debemos buscar mecanismos de adaptación y estrategias para el acceso al vital líquido.
El Estado de México cuenta con importantes zonas de reserva forestal, áreas naturales protegidas y cuencas donde se originan escurrimientos, y por otro lado, se encuentra un panorama completamente distinto, con mantos acuíferos sobreexplotados. De los más de 17 millones de habitantes, el 97.7% recibe el servicio de agua potable a través de tomas domiciliarias, mientras que el 2.3% restante, es decir, aproximadamente 404,905 mexiquenses, no tienen acceso al agua potable, abasteciéndose de pipas u otras fuentes que no garantizan la accesibilidad.
Con base en esta problemática, el Gobierno del Estado de México, ha decidido implementar infraestructuras diseñadas para captar y aprovechar el agua de lluvia como fuente alterna de abastecimiento, principalmente, en aquellos lugares en los cuales los servicios son deficientes o inexistentes.
El Ágora del Agua es una estructura itinerante, captadora de agua que además alberga una serie de exhibiciones para concientizar a la población sobre el ciclo urbano del agua mediante información del manejo responsable del recurso en los hogares mexiquenses, buscando, además, transmitir a la población la urgencia de la captación de agua de lluvia como la forma más sencilla y viable de sostener el líquido. Este proyecto está enfocado en promover la cultura hídrica. El Valle de México y el Valle de Toluca son zonas en las que podemos observar la dualidad en la obtención del recurso. Dichas demarcaciones son evidencia de la compleja problemática a la que se somete, cotidianamente, el Estado de México: la paradoja del exceso de agua pluvial y la escasez del agua potable.
La estructura de 12 metros de largo, 6 metros de ancho y 6 metros de altura, está diseñada para colocarse en el espacio público a fin de lograr la captación de agua pluvial y la interacción del vital líquido con la población para mostrar sus diferentes usos. A través del área de captación (techo) recolecta agua pluvial para posteriormente filtrarla, almacenarla y distribuirla. El líquido que se acumula en el techo de la estructura se transporta a través de un sistema de conducción (canaleta) pasando por un sistema de filtración (tlaloque) que retira y filtra los contaminantes que puede arrastrar el agua a su paso por las superficies, como pueden ser sedimentos, metales, grasas y, posteriormente, se almacena en 4 tinacos con capacidad de 750 litros cada uno (tanques de almacenamiento).
Una vez almacenada, el agua podrá ser bombeada de manera manual para depositarla en un recipiente a través de un vertedor; de esta manera los visitantes pueden disponer del agua para usos secundarios, como el riego de plantas, lavado de autos, patios, entre otros.