BAQ 2020
PREMIO MUNDIAL | HÁBITAT SOCIAL Y DESARROLLO
MÉXICO
AUTORES: Arq. Israel Espin, Arq. Paola Dominguez, Arq. José Herrera, Sr. Cristian Camacho, Arq. Eric Valdez, Arq. Alejandro Osnaya, Ing. Juan Manuel Castro.
El proyecto “Vivienda rural post-terremoto” es una respuesta a las afectaciones provocadas por el terremoto del 19 de septiembre de 2017 que azotó varias regiones de México y que colapsó total o parcialmente las viviendas de las familias Rosales, Torres, Flores y Vidal en la comunidad rural de Tlalnepantla Morelos en el centro del país.
El proyecto se conduce desde tres ejes conceptuales fundamentales: Un eje de responsabilidad social basado en la ayuda desinteresada hacia familias que no contaban con los recursos económicos para hacer frente a la reconstrucción de sus viviendas; un eje culturalmente sustentable basado en la recuperación de una tradición constructiva local en declive; y un eje técnico-constructivo basado en el aprovechamiento de los recursos materiales y tecnológicos disponibles que nos permitiera estimular la tradición constructiva hacia nuevas formas de expresión y materialización de la arquitectura local.
Los cuatro casos de estudio corresponden a viviendas dañadas por el terremoto y que formaban parte de la tradición constructiva local basada en la utilización de tierra, piedra, madera y barro como materiales de construcción, materiales naturalmente disponibles en el lugar y de fácil acceso aún en nuestros tiempos.
Las cuatro viviendas dañadas por el terremoto fueron demolidas y reconstruidas como viviendas nuevas, para ello se echó mano de trabajadores y proveedores locales y los materiales utilizados en la construcción fueron producidos o adquiridos localmente. El proceso de proyecto incluyó además el diseño arquitectónico con las cuatro familias, logrando involucrar a los habitantes en la toma de decisiones de cada proyecto, para lograrlo se propuso un sistema constructivo flexible que permite variaciones compositivas y de programa, por lo que aunque las cuatro viviendas toman un único criterio estructural y se utilizan los mismos materiales en su construcción, cada vivienda responde a las condiciones propias de su ubicación y a las demandas de espacio particulares de cada familia.
Los nuevos edificios integran criterios de diseño y construcción sismo resistentes como la disposición en cruz de las esquinas a manera de contrafuertes, refuerzos horizontales en los muros con escalerillas de acero para mejorar la estabilidad de los edificios y cimentaciones mixtas de piedra y concreto armado para una mejor respuesta a futuros terremotos. Los edificios son pabellones de adobe con muros de 40 cm de ancho que permiten un control térmico con respecto a las variaciones del exterior, la disposición de los vanos provoca una ventilación cruzada en las habitaciones y la colocación de la cubierta deja que la luz natural recorra los interiores del edificio a lo largo del día. El piso es un firme de concreto armado conectado a la cimentación de piedra y para la cubierta se ha dispuesto un entramado de vigas de madera para recibir la teja rescatada de los edificios colapsados con el sismo.
Son edificios que encuentra en la utilización de materiales y mano de obra locales sus principales virtudes, edificios que se inclinan hacia lo vernáculo y el aprovechamiento de los recursos disponibles en el lugar.
