BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | VIVIENDA UNIFAMILIAR
CHILE
AUTORES: Arq. María Inés Buzzoni, Arq. Claudio Santander, Ing. Claudio Hinojosa, Const. Alfredo Giannini
La arquitectura es circulación interior y no por razones exclusivamente funcionales
Mensaje a los estudiantes de Arquitectura, Le Corbusier, 1957.
La CASA PENDIENTE, debe su nombre a la condición dual de asumir la pendiente en una ladera de la precordillera de Santiago y a una deuda auto adquirida como sus autores y habitantes, que nos enfrenta al revisionismo de la propia manera de vivir y de nuestras experiencias de habitar y proyectar.
Oponiéndose al facilismo de materializar el programa en un volumen horizontal, que se opone a la pendiente, el volumen construido se paraleliza a ella desafiando las relaciones de los espacios.
Cuestionando también la manera de habitar, el proyecto se desarrolla en dos espacios/contenedores escalonados superpuestos. El inferior apoyado sobre el terreno, abierto al paisaje en todo su perímetro y envuelto por un perímetro acristalado, contiene los espacios sociales en una gran nave continua de hall de acceso, estar y comedor/cocina. El superior, más introvertido, contiene los espacios íntimos de escritorio, dormitorios y estar familiar.
Ambos espacios/contenedores rompen y transforman el paradigma de la vivienda urbana en su continuidad espacial, al no considerar divisiones entre los recintos o usos. El volumen inferior plantea un espacio continuo con tres escalonamientos de seis gradas cada uno, que se transforman en los umbrales de transición entre las áreas sociales. El volumen superior replica también la idea de un espacio continuo, pero con un carácter más intimista, con cinco escalonamientos de solo tres gradas entre los distintos espacios he intervenido con muebles incorporados en la arquitectura, que no llegan al cielo inclinado superior, y que logran configurar espacios íntimos y particulares dentro de la nave.
Las escaleras y rampas, como elementos de conexión natural entre las dos naves superpuestas, generan nuevas relaciones entre ellas y plantean distintas velocidades de recorrido. La escalera de andar más rápido une los espacios de manera directa, mientras que la rampa, como promenade architecturale, permite una ascender pausado en contrapendiente y un descubrir paulatino de cada recinto. Es así como la circulación interior no se resuelve como algo meramente funcional sino como virtud biológica, como diría Le Corbusier, en que las maneras de recorrer rápida o pausada o una combinación entre ambas la hacen viva.
Si bien la segregación del programa en la clásica dualidad social/familiar está resuelta naturalmente por las naves superpuestas, la incorporación de las escaleras y rampas permite descubrir nuevas relaciones entre los recintos y un uso cruzado de los espacios. Es así como surgen el habitar familiar (cocina/nave superior), el social (nave inferior), el de trabajo (acceso exterior/escritorio) y el de contemplación (rampas/terraza superior).
La captura del paisaje desde el habitar interior es una búsqueda permanente en el recorrido, insertando la complejidad del paisaje colíndate, cercano en su nivel inferior y lejano en el nivel superior, mediante la apertura de vamos controlados, que se abre en vista 360° a la precordillera y la ciudad en la terraza superior.