BAQ 2014 |
CATEGORÍA TEORÍA HISTORIA Y CRÍTICA DE LA ARQUITECTURA EL URBANISMO Y EL PAISAJE |
COLOMBIA |
CRISTINA VELEZ ORTIZ |
El siglo XX ha finalizado invadido de imágenes y sonidos, mientras que, paradójicamente, lo más propio del arte moderno y sus más grandes conquistas permanecen ocultas: la expresión de la experiencia táctil, y la creación de un nuevo espacio en el que se integra al hombre de una manera activa, permitiéndole un contacto cuerpo a cuerpo con el mundo. Ese nuevo espacio, en el que el sentido del tacto juega un papel fundamental, concebido como un campo de la experiencia humana, debe ser el hilo conductor para el estudio de la arquitectura moderna.
Es necesaria una aproximación teórica para lograr situar la problemática del espacio y detectar el papel de los sentidos en la percepción y creación del espacio artístico. Dos espacios significativos se han ido revelado históricamente, uno contemplativo-óptico (Renacimiento) y otro activo-táctil (modernidad). En efecto, el arte moderno manifiesta un profundo interés por hacer vivir una experiencia táctil, interés que se expresa en principio en la pintura (Cézanne y los cubistas, Braque y Picasso) y después en la arquitectura (de Le Corbusier, Mies van der Rohe y Alvar Aalto). Dos marcos complementarios han sido establecidos para abordar analíticamente tal experiencia del arte moderno: los valores táctiles asociados a la materia y los valores táctiles asociados a la acción. Esos diferentes valores determinan el espacio de la obra (pictórica o arquitectónica)
En los dos casos la experiencia directa y activa, que incluye el tiempo, es fundamental. La arquitectura moderna integra el tiempo en la percepción del espacio develando el mundo en la sensación; ella se convierte en un verdadero fenómeno para poder producir lo real e implicar al espectador activamente en el proceso de creación. Este trabajo va en búsqueda de los medios utilizados por Le Corbusier, Mies van der Rohe y Alvar Aalto tanto como de sus contribuciones fundamentales a una nueva arquitectura, capaz de acoger al hombre de carne, dirigiéndose a su sensibilidad, para hacerlo sentir en el mundo.