BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN EN ARQUITECTURA NO PATRIMONIAL
CHILE
Autor/es: GONZÁLES Y SCHUMCHER ARQUITECTOS- MANDANTE: DIRECCIÓN DE ARQUITECTURA DEL MINISTERIO DEE OBRAS PÚBLICAS, REGIÓN DE LOS LAGOS.
ESTRUCTURA: ERNESTO HERNÁNDEZ – ELECTRICIDAD: PEDRO QUINTANILLA – SANITARIO: MARCO ULLOA – ACÚSTICA: VERÓNICA WULFF – EFI. ENERGÉTICA: TAMARA CALATAN – ARQUITECTURA: CLAUDIO CARO, FELIPE BECERRA, RICHARD ARISMENDI Y MAYKEL WISTUBA – CONSTRUCTORA LN SPA.
Por décadas permaneció deteriorado y abandonado un edificio de arquitectura singular y de uso público en el borde costero de la ciudad de Castro, isla de Chiloé en el sur de Chile. El ministerio de las culturas y las artes decide intervenirlo y la Dirección de Arquitectura de la Región del ministerio de obras públicas actúa como unidad técnica para el desarrollo del reciclaje de la edificación existente. Se propone una intervención por sustracción de lo afectado estructuralmente por causa del abandono y de adición del programa arquitectónico necesario para el correcto funcionamiento del primer CECREA en la región de los lagos y la isla de Chiloé, un sistema de experiencias y procesos creativos de aprendizaje, que permite que niños, niñas y jóvenes, a través de la convergencia entre las artes, ciencias, tecnologías y sustentabilidad; indaguen, experimenten, jueguen, conversen, imaginen y creen, ejerciendo sus derechos.
La adición se soporta en la simpleza sobre lo complejo incorporando la tecnología constructiva en madera propia del lugar, utilizando la tejuela partida como revestimiento dúctil para dibujar la complejidad formal del edificio existente, una bóveda variable estructurada en acero y lo nuevo se estructura en madera laminada mecanizada, mediante una volumetría simple, sin mayores pretensiones un contener un espacio en doble altura para el desarrollo de múltiples actividades de expresión de la juventud. Por lo mismo un espacio versátil, confortable, salubre, energético y sustentable.
Un edificio de 1459 m2 de superficie distribuidos en tres niveles donde la eficiencia energética y el confort de los espacios habitables es el fundamento de cada decisión constructiva, incorporando envolventes térmicas para cuidar la energía interior y las ganancias que entregan las transparencias. El déficit de calefacción se genera mediante energías renovables, la temperatura del aire, utilizando bombas de calor aerotérmicas, las aguas lluvias se recolectan y se reutilizan en los artefactos sanitarios y para el regadío de las áreas verdes, se acondiciona acústicamente cada recinto para satisfacer cada una de las expresiones artísticas mediante técnicas artesanales, construidas con mano de obra local y el buen uso de la madera.
Un edificio que mantiene su singularidad, bautizado como “la ballena” desde sus orígenes por la comunidad, cuando hoy se reincorpora a la vida urbana a partir de intervenciones simples, soportadas en la sustentabilidad y tecnologías constructivas en madera propias de la cultura insular para acoger el ejercicio de los derechos de la juventud.