BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN EN ESPACIO PÚBLICO Y/O COLECTIVO
COLOMBIA
Autor/es: AMV Arquitectos – DAVID PERICO AGUDELO.
Colaboradores: Adolfo Infante, Alexandra Meneses, Daniela Mojica, Carlos Pérez.
En 1997 en el sector de Altos de la Estancia (Localidad de Ciudad Bolívar en el borde sur de Bogotá), de alta densidad poblacional, tasas altas de inseguridad y concentración de estratos socioeconómicos bajos, aproximadamente 110 Hectáreas de terreno se “vinieron abajo” como producto del mayor deslizamiento de tierra en América Latina en área urbana. En consecuencia, se dio inicio a la reubicación de aproximadamente 6.000 familias en condición de vulnerabilidad.
La extracción minera, así como la ocupación informal de los predios sin infraestructura iniciaron un fenómeno de remoción en masa en el predio posteriormente declarado como “suelo de protección por riesgo” no mitigable y como “zona de tratamiento especial de mediano riesgo”. Soportado jurídicamente por la Resolución 0983 de 2015, es en esta última zona correspondiente a la Fase III de atención del desastre, donde se implantó el proyecto que mejora las condiciones de habitabilidad y calidad de vida en el sector aumentando así la oferta de espacio público digno.
El proyecto en general consiste en la construcción de un parque metropolitano (23,2 Hectáreas) que, tratándose de una intervención a nivel de ordenamiento territorial de una zona ecológicamente sensible y de ato impacto social, prevé continuar su construcción en las zonas previstas obedeciendo a partidas presupuestales.
A partir del diseño participativo y de la cartografía social, la Zona 4 (5,55 Hectáreas) —aquí presentada—, se destinó a la construcción del equipamiento recreativo como pretexto para un fin más importante: la necesidad de consolidar este espacio público como una operación urbana de integración espacial y social convirtiendo un problema geotécnico en una oportunidad paisajística. El desarrollo del proyecto se entendió como una plataforma físico-sensorial para el encuentro y diálogo que ayuda a fortalecer los vínculos de comunidades por mucho tiempo excluidas socialmente y fragmentadas espacialmente valorizando el paisaje subxerofítico —endémico— que por su magnitud y el alto déficit de zonas abiertas ayudan a consolidar la estructura ecológica de la ciudad.
Comprender el rol de este espacio en el desarrollo social y urbano del sector originó que el parque opere bajo cuatro estrategias subyacentes: 1] como potenciador socioeconómico, 2] como integrador espacial, 3] como mitigador del riesgo y 4] como protector ante nuevos asentamientos informales.
Proyectualmente, las variables topográficas y geotécnicas condicionaron la implantación pues cada intervención espacial sea plazoleta, cancha, mirador o sendero buscó los menores movimientos de tierra y permite una vista sorprendente de la ciudad. El proyecto contempla múltiples accesos y espacios abiertos donde se ejercen eventos masivos de participación e integración ciudadana, así como plazoletas con módulos multifunción como apoyo. Todos estos espacios están conectados —donde fue posible—, mediante senderos con accesibilidad universal.
En esta confluencia de estrategias y variables técnicas, en donde naturaleza y ecología interactúan, se da entonces una transición hacia la resiliencia urbana pues el diseño se originó a partir de una visión amplia de la cultura, la ecología y de componentes menos tangibles como las apropiaciones sensibles del lugar y, las necesidades y memorias colectivas: las fuerzas del paisaje.