BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN EN ESPACIO PÚBLICO Y/O COLECTIVO
COLOMBIA
Autor/es: LORENZO CASTRO.
Colaboradores: FELIPE DELGADO L. YEZID ROPERO T. SEBASTIÁN GÓMEZ R. DAVID CARDONA G. JULIANA PINTO O.
ÁLVARO MEDINA C. XAVIER MORY M. CATALINA BARRERO G.
Como homenaje a los campesinos, este parque es un punto de encuentro entre la Piedecuesta rural y la urbana; una entrada del campo a la ciudad. Es la promesa que da inicio a un sueño mayor; la construcción de un gran parque metropolitano que también recoja en un futuro más áreas circundantes.
El parque nace en los edificios preexistentes que cambiaron sus culatas por muros floridos para ser habitadas por avifauna, abejas y diversidad de insectos. Es allí, donde el terreno inclinado desciende y se conecta con su entorno a partir de tres terrazas longitudinales que permiten la continuidad de las circulaciones a través de atmosferas diferentes.
En la primera, un primer espacio con una corriente de agua que rodea al vestigio del tanque circular y acompaña su recorrido de norte a sur. Junto a la corriente, una playa de gravilla, permite el disfrute permanente del agua por parte de los ciudadanos. Una estructura de madera surge de la superficie arqueándose desde el suelo; es una estructura piramidal que activa permanente del espacio. Se convierte en un juego infantil donde los niños no paran de escalar y descender, es donde la gente se sienta a disfrutar el lugar. La pirámide juega con el perfil de las montañas orientales, características del municipio, y las utiliza para construir un nuevo paisaje.
En la segunda, una superficie de asfalto rojo aloja, de forma cotidiana, los juegos rodantes de los niños (triciclos, canicas, balones, etc.) que comparten el espacio con una cancha múltiple. Este espacio a veces cede su superficie, y se suma al resto del asfalto para hacer eventos multitudinarios.
En el costado sur, se han construido tres tribunas de las seis que se proponen en toda la longitud de la terraza, para alojar el público que participa en los eventos y desfiles campesinos. Esta terraza colorada, marca su límite con muros curvos serpenteantes, cuyo remate se convierte en una larga banca. Estos se traslapan, y dan paso a dos grandes escaleras urbanas que fijan la vista sobre las montañas al ascenso. Cada escalera ha sido construida en Piedra Barichara, característica de la región.
En la terraza inferior, se aloja una playa de arena sílice que acoge los juegos infantiles, sombreados por las tribunas en voladizo de la terraza intermedia. El resto de la superficie de esta terraza, se dedica a la creación de un jardín tropical, cuya cobertura la hemos definido como sotobosque, con helechos y plantas de mediano porte. En nombre de las 57 veredas campesinas del municipio de Piedecuesta se siembran 26 enormes Caracolíes, propios del territorio piedecuestano. Para acompañar estos bellos árboles se disponen una serie de bancas que giran en su extremo sobre un pivote; rememoran el movimiento circular de los trapiches que poco a poco han ido desapareciendo del paisaje campesino de Piedecuesta. Este movimiento les permite disponerse en diversas posiciones y en su conjunto conformar distintas configuraciones; es un juego aleatorio entre los árboles, entre el sotobosque y el movimiento de los ciudadanos.
