BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN ARQUITECTURA PATRIMONIAL O DE INTERÉS PATRIMONIAL
MÉXICO
Autor/es:Inca Hernández.
Colaboradores: Gabriela Llovera Arciniegas, Luis Enrique Vargas, Project mánager: Efraín Hernández, estructura: Javier Soria, interiorismo: Ana Ximena García, Raíz Mx, Adrián González, fotografía: João Morgado.
La Ciudad de México es un escenario histórico con un enorme patrimonio cultural y arquitectónico resguardado en sus Barrios Mágicos. Entre ellos se encuentra Tacuba, ubicado al Noroeste de la ciudad, que ha sufrido transformaciones sociales y urbanas que han perdurado hasta nuestros días, en él yacen vestigios de las diferentes épocas. A finales del Siglo XIX y comienzos del XX, Tacuba se convirtió en una de las zonas más prosperas de la ciudad con grandes casonas de campo, que con el transcurso del tiempo y los diferentes cambios sociales, fueron abandonadas y muchas derrumbadas, sin embargo, entre estos vestigios permaneció la casona de la calle de Mar Mediterráneo número 34. Construida en 1910 con un estilo ecléctico afrancesado, perteneciente a la época del Porfiriato, posee valor histórico por el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) y el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH). El proyecto surgió con la idea de darle una segunda vida a la casona conformada por dos crujías, la primera cuenta con la fachada principal mientras la segunda queda al interior con visuales al patio lateral. No obstante, cuando iniciamos el proyecto ambas se encontraban en avanzado deterioro y la segunda crujía prácticamente en ruinas. Partiendo de esta condición, se implementó la restauración de los elementos originales de la época y los espacios que fueron regenerados cuentan con una materialidad distinta a la original para hacer evidente la intervención. En la fachada principal se recuperaron múltiples elementos artísticos y artesanales como la cantera labrada de los balcones y dinteles, los barandales en herrería, los grandes ventanales y la teja de cristal sobre la cornisa, con la intención de rehabilitar la imagen urbana. La segunda crujía se reconstruyó como una reinterpretación del pasado con un carácter contemporáneo. Se erigió un nuevo volumen que enmarca el cielo a través del patio lateral existente y retoma la disposición de los antiguos umbrales con una secuencia de luz y sombra; es así como estas aberturas se elevan de manera intermitente desde la planta baja en doble altura y son un elemento sólido de arquitectura introspectiva. El proyecto fusiona lo que prevalece y renace, a través de una conexión lineal entre dos épocas; esta conexión también se ve reflejada desde el acceso por medio de un rodapié de recinto (piedra volcánica negra) la cual envuelve toda la planta baja y funciona como un basamento para levantar lo que ha resurgido. La casona restaurada presenta tres niveles con siete unidades habitacionales que se adaptan a diferentes espacios flexibles: loft, estudio, familiar y pent-house. Estos interactúan con vistas a los elementos históricos del patio principal y con dos patios adicionales de menor proporción que abren visuales a un árbol rodeado de celosías que permiten la entrada de luz natural, y de brindan un carácter autóctono. El objetivo de la intervención es generar un legado que fomente la transformación de Tacuba para realzar y rescatar su valor patrimonial mediante el aprovechamiento de espacios de forma sustentable para dar vida al Barrio Mágico.