BAQ 2014 |
CATEGORÍA B DISEÑO URBANO Y ARQUITECTURA DEL PAISAJE |
SEGUNDA MENCIÓN INTERNACIONAL |
COLOMBIA |
ARQ. JUAN FELIPE URIBE DE BEDOUT |
El reto de este proyecto era diseñar un parque de 130 hectáreas (en medio de una reserva forestal de 1760 hectáreas declarado patrimonio cultural de la nación) que sirviera de modelo recreativo, ambiental y cultural sin afectar el bosque; que respetara e integrara el valor cultural dado por la preexistencia de yacimientos arqueológicos pertenecientes a la civilización indígena que allí habitó hace miles de años; y que incluyera y exaltara el valor de la tradición de los silleteros de la región, patrimonio cultural de la nación.
Estas tres condiciones exigían un enfoque proyectual de gran flexibilidad que permitiera varias opciones de acomodación a nivel de plan maestro. Se optó entonces por una estrategia de diseño que descartara una prefiguración física rigurosa que dificultara la intervención de los diferentes especialistas durante el proceso de diseño, de construcción e implementación; capaz de salvar los hallazgos ecológicos y arqueológicos en cada locación específica a través del tiempo. Se creó un sistema de fichas de juego que entendiera el territorio como un gran tablero y que permitiera ejecutar una serie de movimientos estratégicos a medida que las variables fueran apareciendo. Este sistema abierto de piezas precisas posibilita múltiples configuraciones con una dosis de arbitrariedad natural presionada por las preexistencias.
Para activar el parque se definieron tres fichas o piezas principales: La Silleta para conectar el tema de las flores (21 piezas en plan maestro, 7 construidas), El Ciempiés para darle sensibilidad al tema ambiental (5 piezas en plan maestro, 1 construida) y La Guaca para vincular los hallazgos arqueológicos y la cultura (4 piezas en plan maestro, 1 construida).
La idea de diluir el límite de los programas y obtener una integración máxima con el paisaje se acentúa con las grandes viseras que, a su vez, ofrecen una efectiva protección contra la elevada precipitación y la fuerte incidencia solar del lugar. Estos espacios intermedios escampados o deambulatorios vestibulares son perfectos para la interacción de lo natural con lo humano. Por las fuertes condiciones climáticas, el concreto burdo a la vista se pensó para minimizar el mantenimiento y garantizar un envejecimiento noble en el cual los óxidos y mohos le confieren un carácter de estructuras pétreas.
Como investigación, el proyecto propuso la implementación de los índices de CONTACTO IC (área de apoyo al terreno en proporción al área cubierta donde ARP/AC = IC donde idealmente debe aproximarse a 0) y de PERMEABILIDAD ID (área impermeable en proporción al área cubierta con percolación controlada, donde AI/ APC=IP donde idealmente debe aproximarse a cero) para que sirvan de referentes locales y globales para una arquitectura de bajo impacto con el contexto natural.
Con este enfoque de diseño, este gran parque experimental opera como un teatro de la naturaleza a cielo abierto, escenario para la performatividad de lo natural, de lo cultural y de lo social; todo revelado al cuerpo deambulante en secuencias alternantes entre espacios de aislamiento y miradores magníficos, entre espacios pequeños e íntimos y otros monumentales y colectivos.