BAQ 2012 |
CATEGORÍA TEORÍA HISTORIA Y CRÍTICA DE LA ARQUITECTURA EL URBANISMO Y EL PAISAJE |
ECUADOR |
MUNICIPIO DEL DISTRITO METROPOLITANO DE QUITO, INSTITUTO METROPOLITANO DE PATRIMONIO |
María Antonieta Vásquez Hahn con la colaboración de Alfonso Ortiz Crespo ofrecen en este libro una investigación documentada y prolija de la historia del convento recoleto mercedario de El Tejar, en la ciudad de Quito.
El libro contiene un relato minucioso de la constitución de la propiedad, desde los orígenes, y de las vicisitudes de su implantación arquitectónica en el flanco occidental de la urbe, sobre lo que hoy es su centro histórico. Así como, un estudio espacial del recinto y de las obras de arte que guarda en su interior. Las dos se acoplan con inteligencia para ofrecer una visión ilustrativa de uno de los tesoros del Quito colonial y republicano, propósito que se cumple, además, con el soporte de croquis de ubicación correspondiente a distintas épocas, fotografías del convento y de la capilla de san José, de documentos históricos y en especial de algunas de las reliquias y pinturas que conforman el patrimonio iconográfico del convento. Son dos cabezas dispuestas a pensar en profundidad en torno a la realidad de uno de los constituyentes del bagaje histórico de la ciudad. La consecuencia de ello es que el lector de este libro redimensione un lugar tradicional de la urbe, parcialmente escindido del centro histórico por una vía para vehículos motorizados que se construyó en la década del 70 del siglo pasado.
El convento que se muestra en este libro sobre todo nos habla de lo terrenal, en particular de lo que compete a la estatura de los hombres. Muchas de las pinturas religiosas del lugar exhiben en espacios destacados los nombres de los donantes, lo que es un testimonio imborrable del afán de figuración al menos de esos quiteños y no quiteños que contribuyeron con el apoyo económico para la elaboración de esos cuadros, afán que, pareciera, fue más grande que su compromiso con el trabajo de la orden y con el mensaje redentor de Nuestra Señora de las Mercedes: está en la naturaleza humana la obstinación por trascender, la necesidad perenne de vencer a la muerte, y la vanidad con que a veces se las confunde, o que se oculta tras sus ropajes trascendentales.
El discreto recinto guarda dentro de sus muros el espacio y algunas de las imágenes que habrían alimentado la vivencia espiritual de los quiteños. Los más devotos renunciaban a su cotidianidad para abrazar el rigor de la vida cristiana bajo la tutela de la Orden de la Merced. Con un renovado propósito tridentino, los mercedarios dieron otro enfoque a su tarea medieval de redimir cautivos y la orientaron hacia la salvación de las almas de la cristiandad local.
La aproximación a la historia de este pequeño convento permitirá dar cuenta de la importancia de la recoleta mercedaria como un actor dinámico dentro de la sociedad colonial quiteña.