BAQ2018 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
MÉXICO |
Autora: Rosalba Rojas Chávez. Colaboradores: Javier Sordo Madaleno de Haro. |
Dentro de la paradisiaca Isla de Cozumel en Quintana Roo, México se localiza este proyecto residencial de lujo de 1,325m2 en un predio de 5,200m2 con abundante vegetación local y 38 metros de frente de playa, originando excelentes vistas hacía el mar del Caribe mexicano.
El proyecto se basa en la idea rectora de respetar íntegramente el sitio y su vegetación existente, resultando en un diseño que refleja una clara unidad entre el lenguaje contemporáneo y la naturaleza.
La topografía accidentada del terreno tiene una importante depresión natural en su centro. Por ello, la residencia se sobrepone a dicha depresión permitiendo que la vegetación suceda por debajo del proyecto y se integre de manera orgánica a los espacios habitables.
El programa arquitectónico está contenido en dos niveles que, por medio de puentes y terrazas, se conecta con las áreas exteriores de la alberca y la playa. Volumétricamente el proyecto se desarrolla dentro de una configuración en “L” con un juego de vanos y macizos en sus fachadas que dependen de la función interior para crear interesantes relaciones espaciales entre interior y exterior. De esta manera cada habitación cuenta con ventilación cruzada e iluminación natural.
El acceso principal de la casa se encuentra al noreste, próximo a la colindancia del terreno, y distribuye la circulación de las áreas públicas y privadas de la Planta Baja. A este mismo nivel, hacia el frente de la playa, se encuentran las áreas sociales del comedor, cocina, un wet bar -como elemento de transición a la zona de la alberca- y el puente que conecta a la playa; mientras que las primeras cuatro habitaciones y sus respectivos servicios se localizan en un volumen perpendicular a la línea de la playa, con vistas al jardín interior.
En Planta Alta se ubican la recámara principal, dos recámaras complementarias -todas con terrazas hacia al frente con vista al mar-, un family room contenido por paneles de cristal y un lounge exterior con un espejo de agua que enriquece las vistas hacia el jardín interior.
Se utilizaron los menos materiales posibles rigiéndose por la funcionalidad de los mismos y su estética para mimetizarse con el contexto. Principalmente, el uso de cemento blanco mezclado con el agua “sucia” de la corteza del árbol de Chukum como acabado final e impermeabilizante natural en muros exteriores e interiores y la utilización de una piedra tipo caliza de la región como recubrimiento en muros exteriores.