BAQ2018 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
MÉXICO |
Autora: Ana Cristina Martin Moguel. Colaborador: Jorge Antonio Fernández Esquivel. |
El proyecto se ubica en la ciudad de Mérida, Yucatán, donde el clima es húmedo y la incidencia solar es alta. Emplazado en una antigua comisaria, ahora conurbada a la ciudad de Mérida, donde el paisaje predominante sobre el paramento son las tradicionales albarradas, hechas de piedra Tok, que significa en lengua maya piedra dura, y se colocan sobrepuestas una con otra sin necesidad de morteros, conformando así parte del paisaje heredado de esta antigua zona rural. Cabe mencionar que en Yucatán, esta piedra se extrae de la roca madre del subsuelo.
Los muros de piedra a manera de albarrada son un elemento de identidad que predomina en las construcciones rurales mayas y es utilizado para delimitar la propiedad y proteger a los habitantes. La orientación del terreno se encuentra hacia el poniente, por lo que la carga solar que este recibe es muy fuerte. A partir de esto, el proyecto nace de crear una barrera de protección ambiental y como resultado, se propone el diseño de un muro tipo albarrada que delimita la construcción del ambiente exterior y corresponde a una lectura del contexto inmediato existente, convirtiéndose en un elemento imponente que define el carácter del edificio.
La fachada libre permite que el volumen principal disfrute de una apertura total hacia el jardín interno y por medio de grandes vanos acristalados, que, al mismo tiempo otorga privacidad hacia el interior del edificio.
Las sensaciones de luminosidad durante el día, los elementos naturales en el interior y las vistas de las terrazas jardín, ofrecen un confort ambiental donde los usuarios realizan sus actividades diarias. Los vanos acristalados se abren en cada espacio del edificio, permitiendo que los jardines se introduzcan a cada espacio interior, difuminando los límites y creando zonas donde los usuarios logran gozar de la naturaleza e interactuar con ella todo el tiempo.
Gracias al manejo de la vegetación diseñada en cada espacio y jardín, junto con la piedra de la región de la fachada que figura como la gran protagonista en conjunto con el follaje insertado en ella, se logra un contraste armónico entre el acero presente en la estructura, la madera utilizada en el mobiliario, la transparencia del cristal y demás elementos arquitectónicos del proyecto.
La fachada libre, es el elemento que ayuda a que este principio se aplique, ya que funciona como un aislante térmico, que al separarse del edificio permite controlar la luz solar del poniente y con esto abrir vanos a ambos lados, fomentando una ventilación natural agradable. El material, la piedra tok, hace que este muro fomente la calidad del espacio, absorbiendo la carga solar y manteniendo frescos los interiores.
Al momento de proyectar el edificio se trató de ocupar la mínima parte del terreno en área construida, teniendo únicamente un porcentaje de 46% de huella de ocupación y 54% de área verde y permeable, esta acción ayuda a la recuperación del manto freático.