BAQ2018 |
TEORÍA, HISTORIA Y CRÍTICA DE LA ARQUITECTURA, URBANISMO Y EL PAISAJE |
ARGENTINA |
AUTOR: Verónica Alexandra Rosero Añazco |
«Demolición: el agujero negro de la modernidad» propone una nueva lectura sobre la demolición o abandono vs. la conservación y reestructuración de proyectos de vivienda social con el objeto de mejorar los planes de intervención sobre entornos complejos. Complejos, porque involucran una problemática de fondo que va más allá de la arquitectura, y tiene que ver con sesgos raciales, sociales, políticos, económicos. Por tanto, es una investigación sobre proyectos arquitectónicos pero no se limita a ellos.
A través de los proyectos de vivienda social Pruitt-Igoe (construido en 1954 y demolido en 1972) y Robin Hood Gardens (construido en 1972 y propuesto para demolición en 2008), se estudia un período en el que la arquitectura moderna se enfrenta a demoliciones indiscriminadas sin reflexionar sobre sus consecuencias. Así, la arquitectura moderna es una especie de «agujero negro».
¿Por qué la arquitectura moderna se ha merecido tal apelativo? OMA en su exposición Cronocaos de la Bienal de Venecia 2010, establece esta relación metafórica como el manifiesto de un periodo en el cual la arquitectura moderna se encuentra en un estado en el que su propia construcción teórica y la idea de empezar de cero están generando vacíos en las ciudades. ¿Mal gusto o mala ideología? Mientras una vasta literatura asegura que el fracaso de la arquitectura moderna se debe a su incapacidad de crear ciudades habitables, otra parte aboga no sólo por su conservación y reestructuración, sino por la recuperación de su espíritu de experimentación social.
En ese sentido, se ha planteado la desmitificación de que la arquitectura puede aisladamente solucionar enraizados problemas derivados de las estructuras sociales y políticas. Así también, el cuestionamiento sobre los juicios de valor estético, los prejuicios que llevan a la demolición y el rol del arquitecto en la sociedad son analizados. El estado actual de la vivienda social de la modernidad requiere una actitud crítica a la luz de su importante papel en la economía de consumo, donde el habitar se ha convertido un objeto más del consumismo, olvidando las necesidades de “el arte de habitar”.