BAQ2018 |
TEORÍA, HISTORIA Y CRÍTICA DE LA ARQUITECTURA, URBANISMO Y EL PAISAJE |
PERU |
AUTORES: Gonzalo Jesús Ríos Vizcarra, Carlos Zeballos Velarde |
Al interior de las formas con que cada cultura se concluye, los hombres expanden o comprimen su naturaleza. Ejercitando las dinámicas propias de su existencia terminan por ajustarse a las normas que la habitación segregada les propone. La arquitectura siempre ha sido un modo eficiente de validar la realidad por la cual una sociedad se inclina; sin embargo, toda construcción implica tanto selecciones como renuncias. En ese proceso, muchas verdades advertidas como inútiles para apuntalar una idea son desdeñadas, desvaneciéndose junto a ellas los escenarios en donde el hombre podría concretar, a cabalidad, la plenitud de su esencia humana.
Disminuida la habitación queda también reducido el habitar. Lo que antes formaba parte de una dinámica a través de la cual el ser humano daba forma a su existencia al interior de los espacios segregados, es hoy en día un proceso maquinal de acomodos tanto corporales como de los objetos acumulados por los habitantes. En el vórtice del consumo voraz las imágenes de las cosas se agotan. La arquitectura que devino en objeto no tiene otra alternativa que recurrir a repertorios de otra naturaleza, los cuales ya nada tiene que ver con los lenguajes emergentes de su esencia material o con la narrativa que su sociedad buscaba perennizar.
En este texto setenta temas son recuperados para mostrar la multiplicidad de sentidos que puede derivarse del hecho de habitar. A partir de ellos, y mediante una lectura no necesariamente lineal se pretende articular un discurso que destaque lo poético como inevitable resultado humano de practicar sus hábitos en medio o al interior del espacio segregado.
El habitar es poético en la medida que, al ser ejercitado, el habitante establece conexiones con el mundo que lo acoge, y en ese proceso logra autodefinirse y crea realidades válidas en sí mismas fundadas a partir de la reciprocidad. El habitar humano primordial era poético no por elección, sino por una necesidad constitutiva nacida de la espontaneidad, por lo tanto, no obligada a cernirse por los finos tamices de la razón.
En los setenta textos desarrollados no se pretende sentenciar conceptos definitivos, pues al hacerlo se estaría atentando precisamente con lo que se quiere destacar: que sólo la experiencia personal es la única vía válida para encontrar la pluralidad de sentidos y las significaciones múltiples como esencia del habitar poético.
El libro es pues más una invitación, para que, a través de la lectura de los textos y el recorrido visual de las imágenes el lector concluya que la poética del habitar es todavía una posibilidad latente que se concreta a diario en diferentes partes del mundo, y que si se pretende que la arquitectura recupere el sitial que durante siglos ocupó, deberíamos centrar nuestra atención, más que en la manipulación de formas, en reconocer que en el espacio habitado se encuentran las huellas más concluyentes de nuestro verdadero ser.