BAQ 2018 |
CATEGORÍA REHABILITACIÓN Y RECICLAJE |
BRASIL |
AUTORES: Verónica Molina, Estudio Penha |
AKQA, agencia de publicidad. Proyecto de oficina con espíritu de casa.
Casa que debería adaptarse a un nuevo programa que exigiría una ampliación horizontal y vertical.
La arquitectura de los años 70 fue ideada por el antiguo propietario, con arcos y paredes estructurales en ladrillo macizo. Nuestro objetivo fue: mantener la memoria constructiva y valorizarla, integrar los nuevos volúmenes a los existentes, crear un jardín que se integraría en toda la casa e incorporar soluciones sostenibles.
En el proyecto la mayoría de las habitaciones de los dos pisos fueron aprovechadas. En la planta baja tenemos las áreas principales para el atendimiento de clientes; en el ambiente exterior dentro del lote de la casa, todos los retiros del borde perimetral fueron usados como áreas permeables, creando un gran jardín en torno a la casa y en la parte del fondo, donde existía la antigua piscina, fue reutilizada la excavación y diseñada una gradería para proyecciones.
En el primer piso, con vista para el fondo, está el área de staff para 40 personas. En la parte delantera, un volumen nuevo que abriga las salas de brainstorming que sirve de cobertura para la entrada.
En el nuevo piso, dos mezzaninos: uno abriga el área de ocio comunicado con la recepción y otro abriga el comedor comunicado con el staff, todo ello integrado por una losa verde, un jardín.
Queríamos dejar claro y armónico el contraste entre la casa antigua y las nuevas intervenciones, las paredes antiguas fueron descascadas para dejar los ladrillos aparentes, las nuevas hechas con bloque de concreto estructural y paginación lineal, contraponiéndose a la paginación amarrada de los ladrillos existentes. En la parte externa las paredes y muros bajos nuevos, incluyendo el cierre de algunas de las ventanas existentes, se hicieron en concreto moldeado in loco. Las otras ventanas de la antigua construcción se conservaron, cerrando con vidrios nuevos para mantener el lenguaje de superposiciones entre lo viejo y lo nuevo.
Para la implementación de este proyecto, la antigua casa necesitó un refuerzo estructural. Optamos por una estructura metálica en la que pilares se convierten, además de un elemento estructural, en un elemento estético que realiza la ligación vertical de todos los pisos, elementos nuevos y remanentes.
Los grandes ventanales de hierro permiten la entrada de luz natural durante el día e integración constante con los jardines externos y vista de la ciudad desde la planta superior.
Se aprovecharon materiales que ya formaban parte de la casa, como paredes, azulejos y parapetos de hierro; se emplearon sistemas sostenibles como placas solares, recolección de agua lluvia e iluminación en led.
Se adoptaron soluciones acústicas en las salas y una cubierta con teja termoacústica, inclinada hacia la cara norte, que ayuda en el control de la insolación.
El elemento que aporta identidad a este proyecto es el patchwork de rejas antiguas de hierro recicladas que funciona como brise soleil para los nuevos volúmenes de la casa: ellas dibujan el piso como un encaje hecho por la luz del sol de la mañana.