ANTIGUO ALMACÉN DE LA MADERA Y TABACO

La infraestructura logística de la Bahía de La Habana, desde la época colonial, ha estado sometida a diversos procesos de deterioro y sobrexplotación. La concentración paulatina de las actividades marítimas y comerciales en esta zona a lo largo del tiempo acentuó estos problemas. El traslado de dichas funciones a otras áreas con mayor potencial y el actual escenario económico del país han conducido, además, al estado actual de desuso y decadencia de estas instalaciones.

El edificio se erige en un espigón que se asienta sobre pilotes y está compuesto de dos naves de estructura metálica, que mantienen en común el eje central de columnas. Ocupa un área de 2754 m2; en todo el perímetro se desarrolla un portal con columnas metálicas que es independiente de las naves interiores. Las uniones de sus elementos son remachadas y atornilladas lo que denota su época de construcción la cual se remonta a las primeras décadas del siglo XX.

Una de las fachadas, la principal, da a la calle de San Pedro, en un entorno caracterizado por la presencia de importantes exponentes de la arquitectura habanera como la Iglesia de San Francisco de Paula (siglo XVIII) y los Almacenes San José (siglo XIX) por sólo citar algunos. En el momento de iniciarse la intervención, se apreciaban aún maquinarias como fieles exponentes del carácter industrial de esta edificación.

El proyecto de rehabilitación del inmueble forma parte de un plan que incluye a toda la franja del viejo puerto y previó la conversión del antiguo almacén en un complejo recreativo, gastronómico y comercial. Básicamente, la intervención se resume en cinco aspectos esenciales:

1. Refuncionalizar el edificio sin modificar su morfología de nave industrial, conservando los restos del equipamiento como parte del patrimonio portuario habanero.
2. Rehabilitar la estructura metálica, así como la de hormigón armado que conforma el portal perimetral.
3. Integrar las instalaciones portuarias en el tejido urbano.
4. Crear un espacio público con facilidades para el acceso.
5. Incorporar al espacio una fábrica de cerveza para 400 comensales y un mercado.

El concepto recrea un ambiente de mesón que convive armoniosamente con la tipología de almacén, mediante el empleo de recursos formales contemporáneos a partir del color, las texturas y las formas.

Con el proyecto se planteó la búsqueda de un lugar donde quedara al descubierto toda la antigua estructura metálica como parte de la ambientación y, a su vez, sirviera de soporte para la colocación de la iluminación, tanto general como puntual. Así se logró bajar virtualmente los enormes puntales y visualizar, en cierta medida, el ambiente deseado. En este camino, el diseño del mobiliario con una imagen rústica refuerza esta aspiración, a partir del envejecimiento de la madera, lo que se entremezcla con la modernidad que denota el empleo del metal en su forma natural.