BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCION EN ARQUITECTURA PATRIMONIAL O DE INTERES PATRIMONIAL
ECUADOR
Autor: Delia Kingman – Colaborador Mario Cueva
La edificación se encuentra ubicada en pleno centro de Guayaquil, concebida por el arquitecto Karl Khon (Praga 1(894 – quito 1979), pionero de la arquitectura moderna en el ecuador y ejecutada por la constructora Christiani y Nielsen entre los años 1952 y 1954. Se trata de un edificio patrimonial de corte racionalista, pero con elementos ornamentales provenientes de la tradición europea. El desafío fue hacer de un área de casi 6000 metros cuadrados, diseñada para albergar un banco, una biblioteca moderna, de estantería abierta, que invite a la lectura, la investigación y la conversación, así como al desarrollo de las artes. Al mismo tiempo se trató de recuperar el espíritu de una arquitectura altamente representativa, que sufrió alteraciones a lo largo de 60 años debido a los distintos usos que tuvo, haciéndola perder su esencia espacial.
Parte fundamental de la estrategia arquitectónica radicó en buscar una articulación entre la conservación de las características originales y los nuevos usos como biblioteca. Así, en contraste con la solidez y hermetismo del edificio se propuso crear una atmósfera interior en donde la luminosidad y la transparencia sean las protagonistas. Igualmente se planteó el empleo sensible de materiales modernos como el acero y el vidrio y la madera, como material cálido y noble. Siguiendo el espíritu de Kohn, se propuso recuperar formas de climatización naturales, así como también liberar las plantas arquitectónicas y el pozo de luz para volver a su estado original.
El éxito del proyecto radica, en gran medida, en el aporte que éste brinda a la ciudad, tanto en términos formales como funcionales. Se buscó la interacción del edificio con su entorno inmediato, definiendo gran parte de la planta baja como espacio exterior-interior que invite a circular por él y en el que se acojan actividades culturales y lúdicas dirigidas a los jóvenes, los niños, así como al ciudadano común. De este modo se buscó romper con la tendencia a la separación social y cultural de los espacios, así como lo letrado y lo no letrado, dando paso a la construcción de un espacio público incluyente.
El manejo adecuado de escalas en la planta baja permita construir un espacio de acogida que atrae al peatón que circula por la manzana. Igualmente se busca facilitar el acceso a las plantas superiores, invitando al uso de la biblioteca y los espacios culturales a sectores sociales que han sido históricamente separados de ellos, rompiendo, de ese modo, con la sacralidad del edificio.