CASA C17

Se recibe un encargo el cual ofrece beneficios financieros limitados, pero simultáneamente inmejorables condiciones para iniciar un proceso creativo, al asumir como premisa: “la posibilidad de generar un proyecto que sea una creación y no una replica de algo ya imaginado”.  La propuesta surge de las relaciones entre tres componentes fundamentales: lo natural – lo antrópico – lo metafórico; abordados desde una variable clave para su interpretación morfológica (formal – espacial) se obtiene la triada dialógica: terreno – planta – cubierta. Afrontar las contradicciones entre estos tres componentes, conlleva encontrar un interlocutor complejo que permita establecer relaciones sencillas (encima-debajo, fuera-dentro y solidez-trasparencia, entre otras), a partir de las cuales exploraciones previas en torno a la grilla, permiten asumir el proyecto como laboratorio de pruebas.

Partir por valorar la realidad permite identificar hechos y propósitos a los cuales deben responder la triada: direccionar la accesibilidad en relación a la vía adyacente a 45º. Conformar un plano frontal permeable dando paso al ingreso de las brisas que bajan de la zona andina a refrescar las cálidas praderas. Flotar perpendicularmente los parqueos integrándolos al exoesqueleto de la casa en oposición a lo imperante. Estructurar el patio central de 6*6. Integrar una luz de 12,00 metros convirtiendo cocina, bar, comedor y salón en un espacio unitario.

Lo tectónico

Las vigas invertidas

Tres grillas se cruzan; una conforma el terreno a manera de suelo escalonado, sitúa la casa en cascada descendente; la siguiente conforma la planta, una secuencia de planos horizontales dimensionados en relación al programa habitacional, trabajan a compresión y soportan la cubierta que cae desde arriba en un entramado de vigas invertidas.

Lo programático

Armazón doméstico

Un conjunto conforma la cubierta, estudio-patio-parqueos descuelga sometiendo las vigas invertidas a trabajar simultáneamente como descolgadas, dos grupos de planos portantes calzan con el programa y sirven de apoyo, el primero agrupa habitaciones y estudio sobre el costado noreste integran la zona intima, mientras al suroeste cocina, zona de ropas y alcoba de huéspedes, componen la ménsula estructural que brinda equilibrio al imponente voladizo. Sobre el suelo, bajo una luz de 12 metros, se posa el mobiliario demarcando salón – comedor – bar, mientras un acordeón se despliega delimitando la terraza de cara al exterior.

Lo matérico

Esqueleto de hormigón

Un esqueleto de hormigón visto define la materialidad, al cual se suman tres materiales: el muro-cel redefine su uso conformando el plano permeable a manera de calados, las maderas de urapo y pardillo imponen su presencia tatuando el espacio y el vidrio que, al comunicar que soporta y no que es soportado, inmaterializa con múltiples reflejos.

Lo bioclimático

Planos permeables

La viga oblicua recibe las brisas del noreste y las envía, otorgando aceleración en dirección al plano frontal que permite su paso y simultáneamente controla el soleamiento, mientras los planos horizontales flotan lateralmente apoyando esta estrategia. Sobre el costado suroeste tabiques en madera dan paso a las brisas vespertinas filtrando el atardecer entre sombras y reflejos; el sistema lo complementa un patio central o purificador de aire.

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