BAQ 2012 |
CATEGORÍA REHABILITACIÓN Y RECICLAJE |
MENCIÓN INTERNACIONAL |
ARGENTINA |
FERNANDO GANDOLFI Y ANA MARÍA OTTAVIANELLI |
En la Argentina de estos últimos años y a partir de distintos procesos judiciales, se avanzó en el esclarecimiento de los crímenes producidos en el marco del terrorismo de Estado, cobrando especial significación los sitios que fueron escenario de esa historia reciente.Historia / historia material
El 24 de noviembre de 1976 las fuerzas de la represión ilegal de la última dictadura, lanzaron sobre una vivienda de la ciudad de La Plata un desmesurado ataque que costó la vida a cinco jóvenes y la desaparición de Clara Anahí, de tres meses de edad, hija de Diana Teruggi y Daniel Mariani.
Más allá de las circunstancias por los que transitó a lo largo de más de 30 años, la Casa llegó a nuestros días con casi todas las huellas de aquel ataque. A fin de conservarla en tanto “documento” y revalorizarla como sitio de memoria, se realizaron una serie de operaciones técnicas que, a pesar de la pequeña escala de la obra, resultaron complejas.
Principios de intervención
Los objetivos eran detener el deterioro, consolidar los elementos con riesgo estructural y restaurar en forma integral la obra, sin alterar sus características materiales y, fundamentalmente, conservar las huellas del ataque. La idea central de la intervención era que La Casa vuelva a ser una casa y deje de ser la ruina en que los hechos “no memorables” la habían convertido. Esto implicaba la necesidad de aplicar un criterio selectivo respecto a qué re-memorar.
La Casa comprende 3 dimensiones -histórica, arqueológica y arquitectónica- que debían interactuar a fin de permitir reflexionar en la Casa con sentido crítico sobre el pasado. Se trataba de proponer un modo de ver, de presentar un documento material del terrorismo de Estado. La restauración debía poner en escena el momento inmediatamente posterior al ataque y así hacer legible la Casa como Sitio de Memoria. A partir de esta premisa se trabajó con fuentes documentales que permitieran una aproximación a ese “punto cero”, y precisar así los límites de la intervención.
El proyecto de restauración e intervención
Los trabajos se ajustan a los principios de mínima intervención, reversibilidad y legibilidad en tanto distinción de lo nuevo frente a lo original. El proyecto se desarrolló disponiendo una cubierta translúcida destinada a proteger las partes más expuestas de la vivienda, particularmente la cubierta. Los únicos apoyos son cuatro columnas compuestas por perfiles de acero laminado, mientras que dos cabriadas toman los 12 metros de luz –junto a cada medianera- y una estructura secundaria soporta la cubierta de vidrio.
La escalera de un tramo conduce a una pasarela que se desarrolla por encima de la cubierta existente, con el fin de organizar un recorrido por donde se desarrolló parte del “operativo” -medianeras y cubiertas de las casas vecinas- y visualizar las huellas del ataque en el tanque de agua y en las chapas de distintos sectores del techo. Para la materialización se optó por perfiles de acero laminado abulonados, enfatizando la idea de reversibilidad: todo es desmontable. La geometría adoptada, rotada 30º respecto a la vivienda, propicia la diferenciación entre el objeto de memoria, propiamente dicho y la estructura que lo protege.