CASA MJ

La casa MJ se proyectó para una pareja joven de ingenieros forestales y sus dos hijos, tiene 145 m2 y está construida de madera y ladrillo. La idea principal gira en torno al paisaje y como la casa se relaciona con las dos condiciones de fachada principales; el camino y el paisaje rural.

El contexto natural corresponde a suaves pendientes, pastos y espinos característicos de los valles centrales de Chile, lugares ideales para el cultivo de frutos y hortalizas cuyo uso gradualmente se ha ido transformando en residencial. El pasado y el presente de dichos lugares se combinan en el estilo de vida entre lo urbano y lo rural. Esta vida mixta es común entre quienes dependen de la ciudad y sus servicios pero aún quieren mantener contacto con la naturaleza. Quisimos que la casa en si personificara esa dicotomía entre lo urbano y lo rural. Supimos desde un principio que la disposición de los recintos y distribuciones debería marcar dos condiciones muy diferentes, una hacia el camino de acceso y una hacia el paisaje. Cada una de estas situaciones tendría una respuesta plástica distintiva y los materiales serían los disponibles en la zona.

Como esta casa fue proyectada desde Tokio quisimos incluir algunas características de la arquitectura local nipona. Una de las cosas que observamos de las casas de Japón, tanto las tradicionales como las contemporáneas es una condición cerrada hacia la calle y abierta hacia el interior, fruto de la compleja relación entre lo público y lo privado de la sociedad Japonesa. Inspirados por esto, desarrollamos la doble condición de la casa, cerrada hacia el camino público y abierta hacia el paisaje. Sin embargo, quisimos proponer un dialogo entre estas condiciones tan opuestas lo cual nos llevó a generar un traslape en las cubiertas y así lograr abrir relaciones entre ambos lados por medio de ventanas que enmarcan vistas y permiten el acceso de luz. Es así como el techo se convierte en un elemento pivotal de la vivienda, y su expresión y movimientos y responden a la intención de romper la ortogonalidad e integrar la casa lo más posible al paisaje.

Otro concepto Japonés introducido fue la idea de “Engawa” o “Entre” a través del cual las viviendas Japonesas se caracterizan por tener dentro de si diversas capas entre lo público y lo íntimo. Es así como se diseñó una terraza que bordea las dos fachadas principales, un elemento continuo de madera separado unos centímetros del nivel del suelo permitiendo un espacio de actividad intermedio entre el exterior y el interior.