BAQ2020
PREMIO PANAMERICANO | VIVIENDA MULTIFAMILIAR
ECUADOR
Autor/es: EL ARQ: Esteban López, Santiago Estupiñan, Oscar Gilbert, Jorge Luis López, Pedro Caicedo
El proyecto está localizado en la cima de una baja montaña en la costa ecuatoriana. El lote, de topografía irregular y con una pendiente pronunciada, tiene una privilegiada vista al mar, así como a la hondonada de la hacienda Caleta que nace en las faldas del proyecto. El punto más alto del conjunto se eleva solamente un poco más de un metro sobre el nivel de la calle debido a normas internas que buscan no quitar la vista al mar a los solares vecinos de los terrenos del otro lado de la vía, por lo que el diseño de la cubierta fue el punto principal para la resolución del proyecto.
Cuatro volúmenes iguales, que internamente corresponden al área social, aparecen modestamente marcando el acceso a las viviendas. Éstos, que por perspectiva se leen como cuatro cubos perfectos, están rotados treinta grados con respecto a la línea de la calle, dando como resultado un grupo de patios irregulares, a través de los que se accede a cada una de las casas. A más de tener este juego volumétrico por la diagonal de la calle, la pendiente hace que cada casa suba cuarenta centímetros respecto a la otra, dándole un doble ritmo en sentido horizontal y vertical, lo que produce un juego muy variado de luz y sombra entre volúmenes, el ingreso del viento, la apertura de las visuales y privacidad.
El horizonte, ligeramente percibido antes de iniciar el descenso a modo de escalera de caracol a través de los patios, va perdiéndose por el cambio de nivel y mayor presencia de los cubos, para finalmente ser develado al llegar al último tramo de escalones. Mientras se recorre este espacio se va bordeando, a modo de eje, la copa de las palmeras, una en cada patio, que a más de generar el acceso e ir metiéndonos a la intimidad de las casas, permiten iluminar y crear ventilación cruzada.
Programáticamente el proyecto se resuelve en tres niveles bien definidos que responden a la topografía. Primero, la planta de acceso en dónde están los parqueaderos; un nivel más abajo la planta social y dormitorio de huéspedes; y finalmente, en el último nivel, los demás dormitorios. La planta social es una gran plataforma que, gracias a la utilización de puertas corredizas, se transforma en un solo ambiente, interior y exterior, que remata en la piscina y ésta se vuelve una sola con el mar.
En cuanto a la estructura, se propuso una solución ingeniosa, aprovechando los patios y los puentes que conectan la zona social con la terraza cómo espacios de dilatación, a más de las juntas entre casas. Logrando tener así, en cada vivienda, tres cuerpos compactos que trabajan completamente independientes, o sea, doce cuerpos en todo el proyecto, lo que lo vuelve muy resistente sísmicamente.
