BAQ2018 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
ECUADOR |
Autor: Roberto Morales Guijarro. Colaborador: TEC Taller EC. |
En Cumbayá, un conjunto de 4 viviendas que descompone la tipología de vivienda tradicional y vuelve a componerlas en un universo espacial que se teje y entreteje bajo la tierra negra de la Cordillera de los Andes. Se conjugó las características del terreno y los requerimientos del encargo para generar una propuesta en la que las cuatro casas de 300 m2 cada una, que en principio debían estar aisladas, se presentan ahora en un entramado que, sin cambiar el programa, se entrecruzan y consigue dejar en nosotros la experiencia de sorpresa al recorrerla.
Los volúmenes introducidos en la tierra emergen buscando la luz y se proyectan como visores al bosque que tienen en frente, generando de esta forma superficies verdes a diferentes niveles a manera de terrazas, todas ellas accesibles, y que se funden en el entorno natural en el que está emplazado el proyecto.
El terreno está flanqueado por dos calles enfrentadas que le permiten dotar de acceso a las viviendas en la parte superior e inferior, de esta manera cada vivienda se configura independiente en su función pero parte de una misma estructura. Ya la cubierta de una vivienda es la terraza de otra, o junto al patio de esta se encuentra la sala de aquel.
El conjunto de viviendas no fue diseñado como elemento, es el sistema y el conjunto de reglas establecidas en el proceso de diseño los que dan como resultado su complejidad final. Es la correcta lectura de la información, su debida interpretación y su rigurosidad al procesarla las que determinan el sistema que ordena las estancias, otorga funcionalidad al programa y genera la solución de la estructura. Sin embargo, no nos encontramos ante un ejemplo de arquitectura paramétrica, es el trazo del lápiz que permite formular parámetros y reglas que definen, codifican y aclaran la relación entre los requerimientos del diseño.
Nos desplazamos en las tres coordenadas, una especie de estrategia del vacío. Y es que los principales espacios comunes del proyecto están definidos como ausencias de edificio, vacíos acotados entre los bloques que emergen de la topografía. No es de extrañarse entonces que la quinta fachada sea el resultado de la conjunción de sus 12 volúmenes, producto de su programa de relaciones, y no un simple tratamiento ornamental
La libertad de uso de las viviendas tanto al interior como al exterior está vinculada a su dimensión y a las oportunidades continuas que ofrece su organización para nunca interrumpir el movimiento y posibilitar otro tipo de situaciones. La alternancia de recorrido es otro de estos recursos que ensanchan la percepción de este espacio doméstico. Entrar en una sala por una puerta y salir por otra, o bien poder llegar a un punto de la vivienda escogiendo el recorrido, brinda un sinnúmero de recursos que convierten el espacio en algo más atractivo en el que pueden ocurrir situaciones espontaneas.
Nos encontramos frente a la posibilidad de habitar un laberinto, ya no solo en lo espacial sino además en lo simbólico. El habitante recorrerá sus rincones y construirá su memoria y un nuevo lenguaje en esta, su casa, que se ha enterrado en la montaña y sea proyectado hacia el cielo. La casa es el espacio construido primordial a partir del cual nos abrimos al mundo, y aquí se muestra presta para despertar la percepción de los sentidos de quien la habita.
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