PREMIO PANAMERICANO | EQUIPAMIENTO
Autor/es:
Arq. Álvaro Bohórquez Rivero – Arq. Maribel Moreno Cantillo
Colaboradores:
Arq. Alexander Torres
El proyecto Centro del Japón surge del acercamiento entre la Universidad de los Andes y el Gobierno del Japón a través de la Embajada del Japón en Colombia, quienes en conmemoración de los 110 años de excelentes relaciones entre las dos naciones proponen la creación de este equipamiento, que tiene como propósito el intercambio cultural, acorde con la política actual de la universidad, en procura de un campus permeable articulado y participativo.
Así pues, el proyecto supone el desafío de integración de 2 culturas en un contexto patrimonial, que implica respuestas arquitectónicas y urbanas en pro de la recuperación y consolidación de un sector de la ciudad de alta sensibilidad, en la búsqueda de generación y mejoramiento del espacio público para una mejor cohesión entre campus y ciudad.
Marco conceptual
La cultura japonesa (sociedad colectivista), prioriza de manera absoluta lo colectivo sobre lo individual, y para ello posee un lenguaje de patrones de comportamiento básico que ayuda a entender las relaciones sociales entre grupos o entre grupos e individuos, basado fundamentalmente en el respeto. Este código se resume en la dicotomía o el concepto “uchi-soto”
El uchi, que podría interpretarse de manera literal como “adentro”, representa el círculo social más próximo, que abarca capas desde la familia, amigos cercanos, la empresa… entendiéndose así la familia como el embrión del código social japonés y el elemento primario del “Uchi”.
El “soto”, que podría interpretarse de manera literal como “afuera”, representa aquellos grupos o individuos que no están dentro del circulo próximo, pero con los cuales existe o podría existir una relación o vinculo.
Así pues, el uchi-soto no es una negación o una frontera, sino lo contrario, constituye un vínculo y a la vez un código de comunicación.
De la dicotomía Uchi-soto surgen en paralelo dos conceptos o patrones, que se conocen como el tatemae-honne, donde el tatemae (literalmente la fachada) representa lo que se debe proyectar hacia el exterior, para lo que claramente existen restricciones, y el honne, representa aquellos patrones de relación cuya libertad es propia únicamente dentro del grupo Uchi.
La arquitectura del Centro del Japón se rige bajo estos conceptos, por una parte, el uchi-soto se manifiesta en una sucesión de espacios de atributos y categorías distintas que van desde lo más público (la plaza), hasta lo más privado (el jardín), controlando el grado de cerramiento, la transparencia y la conexión con el exterior, para producir una espacialidad propia para la familia (miuchi), y otra para el individuo (wathasi).
Por otra parte, el tatemae – honne , se produce al proyectar hacia el exterior una condición de solidez y transparencia propias de la cultura japonesa, representadas por un gran bloque sólido negro que se poza delicadamente sobre un vidrio y cuya textura de madera carbonizada evoca técnicas constructivas ancestrales japonesas, que contrasta con el interior donde se experimenta una atmosfera cálida a partir del manejo de la luz y el tratamiento de los materiales.