BAQ 2010 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
COLOMBIA |
CATALINA CÁRDENAS LARA |
El proyecto se encuentra localizado en el oriente antioqueño cercano a un bosque de Pino Pátula de reforestación, que debió ser reutilizado luego de un incendio forestal que se presento en el lugar en el año 2006.
La utilización de la madera fue el punto de partida para la concepción de este proyecto, así como la terraza que deja al descubierto el incendio, la cual revela un precioso lugar como premisa para la localización del mismo.
El proyecto se emplaza oriente-occidente para aprovechar las condiciones bioclimáticas propias del lugar, teniendo presente la altura: 2,200 mt, el asoleamiento, la relación con los vientos y el paisaje inmediato, generando así un microclima en el interior para protegerse del frío en las noches y al alba.
El encargo se compone de “dos cuerpos tradicionales” en madera separando lo público de lo privado, teniendo presente el lugar para el concepto interior de los espacios como lugares acogedores y armónicos con el entorno.
La idea de “dos cuerpos tradicionales” en la concepción del perfil de la casa se desarrolla paralelamente a una investigación formal, constructiva y estética que nos lleva a la correcta interpretación contemporánea de esta, involucrando así cualidades físicas, portantes y ornamentales de la madera dentro del proyecto.
El estudio de los volúmenes, los materiales, la relación interior-exterior se convierte en una premisa necesaria para el diseño de la casa, así como el uso de los materiales locales y su interpretación contemporánea.
Para los clientes el volumen social debía estar concebido como un único espacio, placentero y abierto hacia el entorno en relación directa con el lugar, involucrando el paisaje en el interior. Este volumen se levanta teniendo presente la idea constructiva de apilar estructuralmente durmientes intercalados de dos tamaños diferentes con el fin de generar texturas y sombras variantes hacia el exterior a lo largo del día y hacia el interior continuar con la idea de refugio social en madera, para lograrlo se genera un volumen posterior en piedra que sirve de apoyo al volumen social, (despensa, ropas, wc social, habitación de servicio y wc de servicio).
Un segundo volumen vertical de dos pisos y de carácter privado fue estudiado cuidadosamente para conformar las habitaciones hacia el interior, involucrando aspectos bioclimáticos, constructivos y espaciales y generando confort y privacidad en relación con el entorno. De igual forma se proyectan las fachadas con listones de madera verticales que intercalados entre sí logran generar texturas, ritmos y sombras sobre ellas, dando una apariencia cómoda y agradable.
En ambos cuerpos, se enfatizó en enmarcar el paisaje desde el interior de los espacios por medio de puertas corredizas en madera que alargan el espacio interior y lo proyectan hacia el exterior.
La unión de ambos volúmenes se planea por medio de un tercer cuerpo que los articula diseñado en lamina de hierro oxidada y que funciona como generador de calor en días muy fríos, ya que recoge el calor y lo distribuye hacia ambos volúmenes, en días de temperaturas altas, el volumen se abre totalmente y se integra al paisaje, convirtiéndose en una gran marquesina que nos permite ir de un volumen a otro y estar en contacto con el entorno durante todo su recorrido.
La fachada posterior se diseña muy cerrada debido a la localización del proyecto y su relación con el lote colindante, haciendo énfasis en la fachada principal, la cual se proyecta hacia el paisaje estableciendo un vínculo directo entre el interior y el exterior.
Para acceder al proyecto se rodea el objeto como un elemento escultórico que se descubre en la medida que nos aproximamos a él, dirigiendo al visitante hacia el proyecto y escondiendo el paisaje en su recorrido, para incorporarlo de nuevo una vez se ingresa al volumen, dejando leer una relación adentro-afuera como escenografía del entorno.