BAQ 2010 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
ARGENTINA |
MARÍA VICTORIA BESONÍAS, LUCIANO KRUK. |
Se trata de un edificio construido en el barrio de Boedo, en un típico lote de 8.66 m de ancho que presenta la particularidad de que su fondo es colindante con un patio urbano con abundante arbolado. Este barrio de Buenos Aires, como tantos otros, viene modificando su fisonomía como consecuencia de la importante demanda de viviendas multifamiliares producida en los últimos años. Pensamos entonces que, a la espera de las transformaciones que entendemos seguirán produciéndose, el edificio debía ser una pieza carente de adjetivaciones, suficientemente neutra como para convivir con lo que hoy está y lo que puede acompañarlo en un futuro, y con una voluntad formal concentrada en su expresión constructiva y en su proceso de producción.
Atendiendo a estas cuestiones nos pareció apropiado proponer un edificio cuya fachada no presentara acentos ni articulaciones y que, de ser posible, se resolviera con un único material. Nos propusimos también seguir experimentando con el hormigón a la vista tal como lo estamos haciendo en nuestras últimas obras. Evaluamos que, con las adaptaciones necesarias, el sistema estético constructivo que venimos proponiendo podía resolver tanto el tema de un material dominante de fácil asimilación a diferentes entornos, como el acortamiento de los tiempos de construcción, el bajo mantenimiento futuro y lo que era muy importante un costo muy acotado, ya que al estar ubicado en una zona de la ciudad aún deprimida, los probables compradores contarían con un también acotado nivel adquisitivo.
La adaptación consistió fundamentalmente en utilizar el hormigón visto para resolver las fachadas, el núcleo vertical y una serie de tabiques internos que cumplen la doble función de ser divisores de ambientes y estructura resistente. Para las dos medianeras parecía lógico seguir pensando en una solución tradicional de columnas y vigas de hormigón ocultas en doble muro de mampostería, ya que de esta manera, se puede resolver con mayor eficacia, la aislación térmica de los ambientes que encierran.
Nos pareció adecuado, al igual que en la Casa de Hormigón, proyectar las fachadas como un fuelle entre el espacio público y el privado, utilizando una serie de tabiques verticales que varían su posición de piso en piso y permiten resolver las aberturas en cada ambiente de todo el ancho y la altura disponible. De esta manera las vistas hacia el interior de las unidades que dan a la calle están protegidas por dichos elementos y las que se enfrentan al pulmón verde permiten percibir, a medida que el usuario se desplaza dentro del departamento, encuadres siempre cambiantes de ese paisaje.
Respecto de las decisiones sobre la planta baja, nos propusimos dejarla libre de funciones, de manera de ofrecer al espacio público, aire, luz y vistas al jardín posterior, y que por otro lado no hubiera unidades habitacionales perjudicadas por su contacto con la cota pública.
Por último propusimos para cada unidad habitacional la mayor flexibilidad de uso posible y la dotamos también de una expansión importante y a la vez protegida por los tabiques que organizan las fachadas. Un espacio generoso apto para ser usado de variadas maneras, con abundante luz natural y un cierre perimetral que garantiza buena aislación térmica, sonora y visual son sus únicos lujos.
DE MAR AZUL A BOEDO
Fue una experiencia muy interesante elaborar este proyecto partiendo de un sistema estético constructivo que nace estrechamente relacionado con el ambiente y el programa que lo origina: casas de veraneo en un bosque marítimo, he ir revisándolo y adecuándolo para que pudiera dar respuesta a un tema y un entorno tan diferente. Asumíamos el desafío de que el lenguaje que venimos desarrollando en las casas no pudiera soportar el pasaje de escala, los cambios de programa y su ubicación en el tejido urbano.
El resultado obtenido nos confirma que un sistema de estrategias de abordaje de proyectos y de soluciones estético constructivas planteados a priori como cuerpo de ideas, no limita las posibilidades de resolución de los diferentes problemas que puedan presentarse, si es que la experimentación con cada nuevo encargo sabe pasar por el tamiz que presenta la propia circunstancia.