BAQ 2016 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
COLOMBIA |
RICARDO LA ROTTA CABALLERO |
Arte, la nueva cara de la academia hacia la ciudad.
La Pontificia Universidad Javeriana en el marco de un ambicioso plan maestro ha venido realizando una serie de concursos con el ánimo de impulsar su desarrollo urbanístico y arquitectónico para los próximos 20 años.
El edificio Gerardo Arango , sede de la Facultad de Artes fue el primero dentro de esta serie de edificios y como tal, tenía como objeto representar estos nuevos valores que la universidad quería proyectar a la ciudad y el país. Para tal fin se escogió el borde sur del campus de la universidad que se encuentra en directa relación con el Parque Nacional.
El proyecto asumió como su mayor activo esta localización privilegiada y se presentó al concurso como la nueva puerta para la universidad que se abriría hacia la ciudad a través del parque generando nuevos roles como una institución abierta y altamente activa en las dinámicas de Bogotá. El proyecto es un nuevo escenario para las artes y la innovación potenciando así la condición natural que el parque tiene para reunir y concentrar diversas actividades de la vida social y urbana de nuestra capital.
Un edificio para la creación de las artes que admita la diversidad y que potencie el intercambio social como herramienta de reflexión de las nuevas realidades que el país se alista a afrontar.
Torre y plataforma son los elementos que le permiten al proyecto lograr este objetivo. Una plataforma que se vincula estrechamente con la topografía y que es la prolongación del espacio público entre la universidad y el parque nacional a manera de plaza. En el centro de esta nueva superficie pública crece la torre que termina de configurar dicha plaza.
La torre por su parte se descompone en tres volúmenes que representan cada una de las disciplinas que conforman el programa generando un conjunto de tres mundos autónomos que se relacionan a través de la circulación, los vacíos y las relaciones de perspectiva.
El mundo de las artes visuales asociado a la luz se ha dispuesto en los últimos niveles para aprovechar la luz cenital provista por grandes lucernarios. Los salones son espacios flexibles, amplios y con alturas generosas cuyos acabados fueron pensados para que los estudiantes puedan intervenirlos libremente.
El segundo mundo, del silencio y la música, se construye como un espacio introvertido y en penumbra que propone una vivencia más íntima para la práctica musical.
Sobre la plataforma, un mundo transparente y múltiple de doble altura que permite la relación entre las tres disciplinas. Una gran galería como escenario ante el parque y la ciudad.
Finalmente, en la plataforma se localiza el mundo del movimiento que se representa en las artes escénicas y para tal fin contiene grandes aulas y auditorios así como las oficinas administrativas de la facultad que se separan de las aulas por una gran escalinata interior a modo de calle abierta que dibuja la topografía y que se ofrece como una gradería pública en relación directa con la superficie exterior.