BAQ 2020
PREMIO MUNDIAL | HÁBITAT SOCIAL Y DESARROLLO
ECUADOR
AUTORES: Natura Futura – Arq. Jhonatan Andrade, Arq. Cristhian Bravo, Arq. Karolin Elizalde, Arq. Jose Ortega.
Hábitat Flotante Productivo
Actualmente en el río Babahoyo, existen estructuras construidas de manera empírica y tradicional en condiciones precarias que no cuentan con un sistema de control de desechos. Frente a esta situación, se plantea generar un proyecto de intervención por fases: rehabilitación de un refugio de almacenamiento existente como motor de concientización; planteamiento de un sistema de equipamiento de servicios sanitarios comunitarios en la orilla conectado a la red pública básica para las estructuras flotantes existentes; intervención integral de los equipamientos y refugios flotantes existentes para recuperar la relación entre el río y la ciudad.
El hábitat flotante tradicional está conformado por techos a dos aguas orientados hacia la ciudad, puentes abatibles de dos secciones (una palafítica y otra flotante), plataformas perimetrales, cerramientos improvisados de caña picada y plástico, y dos puertas mínimas que funcionan como ventanas. Estos refugios flotantes representan la tectónica de lo necesario, donde la habitabilidad y los recursos que la hacen posible, están relacionados con las prácticas cotidianas y costumbres del río.
El Refugio del Pescador se ubica en la ciudad de Babahoyo, Ecuador, en la orilla del río homónimo. Con una población de 150.000 habitantes, la ciudad se ha desarrollado históricamente gracias al intercambio de productos que se realizaba en el río mediante equipamientos y refugios con una fuerte tradición vinculada a la pesca y al transporte fluvial que se ha ido perdiendo conforme han ido desapareciendo estas arquitecturas flotantes.
Don Teodoro, un pescador artesanal y reparador de canoas que después de 35 años continúa flotando en su equipamiento de madera de balsa heredada de su padre. La estructura, ya deteriorada y en peligro de derrumbarse, la emplea para almacenar sus utensilios y pernoctar cuando regresa de su trabajo diario en la ciudad.
El hábitat flotante productivo plantea la rehabilitación del refugio de Teodoro mediante el empleo de madera de laurel como recurso tradicional de construcción de la costa ecuatoriana. La primera fase consiste en el mejoramiento de la flotabilidad y extensión de la plataforma mediante la incorporación de bidones reciclados de plástico que refuerzan las boyas y maderas de balsa existentes para generar un espacio productivo. A continuación, se aumenta la altura y pendiente de la cubierta mediante la implementación de un sistema de cerchas que permite la ventilación cruzada y el almacenamiento. La envolvente del refugio se mejora con tablas de madera inclinadas que aportan seguridad e impermeabilización al espacio habitable. La accesibilidad se optimiza mediante la adaptación de un nuevo puente y se incorpora iluminación artificial con células fotovoltaicas y huertos en la orilla del río. La financiación del proyecto nace de la autogestión del equipo de arquitectura para obtener recursos y trabajar conjuntamente con Teodoro y la comunidad.
El refugio del pescador manifiesta la participación activa del ocupante, la comunidad y el arquitecto y la inminente necesidad de revalorizar una técnica artesanal tradicional en extinción junto a la memoria histórica de la ciudad mediante un trabajo silencioso y sin pretensiones que mejore la habitabilidad en el río.