BAQ 2012 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
MÉXICO |
JAVIER MUÑÓZ |
La casa entre árboles surge de un intenso análisis del sitio. Es un terreno rectangular regular que tiene 20x 80mts en el cual habían 52 árboles de diferentes tipo y medidas. Las normas que manejamos siempre en la oficina están encaminadas a respetar las preexistencias del lugar, especialmente si son de índole patrimonial o natural, y puesto que este lugar tiene una densidad de vegetación muy intensa que le da gran calidad al terreno, la primera acción fue realizar un levantamiento preciso de cada uno de estos árboles para poder plantear la casa respetándolos todos, tomando en cuenta incluso los más pequeños. Se midió el diámetro del tronco, la altura a la que abre la fronda y el diámetro de la fronda para que la construcción no se pegara mucho a los árboles y no tuviéramos que rasurarlos o podarlos, pero sobre todo para ubicar los huecos en la vegetación del terreno y ahí poder sentar la casa.
Con esto se detectaron 3 claros pero ninguno era suficientemente grande para ubicar toda la casa, por lo tanto el programa de la casa se encuentra repartido entre los 3 claros dentro de la vegetación. En el más próximo a la vialidad se encuentran los servicios de la vivienda: cochera, cuarto de servicio, lavadero; en el segundo hueco, el más grande y con los arboles más bonitos alrededor, ubicamos el cuerpo principal de la casa con las salas de estar, las recámaras, la cocina y comedor y por último, en el claro más cercano al campo de golf, ubicamos la piscina con una terraza techada, espacio muy utilizado en Yucatán ya que se goza de la sombra, la brisa y las buenas vistas. Es así como los 3 volúmenes que conforman la casa se encuentran entre los árboles.
Dos de los volúmenes, el primero y el último, son ortogonales con respecto al terreno y el volumen central tiene un giro intencionado para quedar de frente a un flamboyán que es el invitado principal a la fiesta de las áreas sociales y las recámaras, dándole con esta rotación movimiento a la composición. Todos los espacios se orientan norte-sur y procuran ventilaciones cruzadas.
Para unir los cuerpos y lograr el correcto funcionamiento de la vivienda se traza un eje que recorre el terreno de norte a sur. Este eje es una circulación que atraviesa los cuerpos y le da unidad al conjunto. Al hacer este recorrido de un lado a otro de la casa uno atraviesa zonas arboladas al exterior y goza dentro de las estancias el estar rodeado de árboles, reforzando a cada momento la idea de una vivienda cargada de sensibilidad para con el sitio y de respeto hacia la naturaleza.
Cabe mencionar que los habitantes de esta casa cuentan con una gran afinidad artística por lo que se procuraron muros y espacios para colocar piezas artísticas tanto en el interior como en el exterior.
La segunda intensión de diseño fue desarrollar una geometría rotunda con una volumetría sencilla, utilizando pocos materiales: concreto prefabricado aparente para los muros y losas de vigueta y bovedilla pero no manejadas de manera aparente sino con acabado, de esta manera lo que percibimos es el color blanco y el concreto aparente.
Para los pisos en el interior el concreto fue tratado mediante procesos heredados de nuestros antepasados mayas utilizando la corteza del “CHUCUM” (un árbol silvestre propio de nuestra tierras) para darle una consistencia al agua con la que se combina el cemento generando un concreto de un color peculiar y con más elasticidad para evitar fisuras.
Un deck de maderas tropicales de la región acompaña el recorrido exterior por toda la casa, con perforaciones irregulares de las que parecen nacer los árboles y permitiendo igualmente generar espacios para mobiliario en el exterior de la casa.
La virtud de este proyecto reside en la manera en que se asienta en el sitio, cómo se ubica en el terreno y cómo toma el lugar. Debido a que está dentro de los árboles, la casa pasa inadvertida para los golfistas que transitan el green; incluso la piscina que se arroja hacia el campo de golf remata en un talud que le da privacidad a esta área social. Todos los espacios públicos miran hacia el norte y permiten hermosas vistas al abrir las ventanas generando la sensación de estar dentro de un árbol.