BAQ2018 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
ECUADOR |
Autor: Juan Alberto Andrade Guillen. Colaboradores: Cuqui Rodríguez, María José Váscones, Camila Azúa. |
La Caja de luz se enciende como una solución de vivienda a pequeña escala, una propuesta unipersonal flexible en el centro de Bahía de Caráquez, litoral ecuatoriano, la zona de mayor riesgo sísmico del Ecuador.
La Arquitectura tradicional de la costa ecuatoriana cumple con exigencias implícitas en sí misma, que han sido olvidadas por las prácticas actuales, a través de esta vivienda de bajo presupuesto se presenta, arquitectura vernácula que respeta las lógicas tradicionales de la zona con líneas de contemporaneidad.
Antecedentes.
Luego del terremoto del 2016, Cristina, a los 79 años, perdió su casa, y todo lo que ella representaba. Sus ingresos económicos nacían a partir de la renta y de las utilidades de venta de ropa. Su vivienda y comercio compartía predio con su sobrino. Luego de un largo proceso de propuestas, se resolvió dividir el terreno irregular en dos porciones de igual metraje en Planta Baja, e igual dimensión en fachada, compartiendo una escalera en común.
Morfología.
El nuevo terreno en forma de -C-, con 3,60m de frente y 2,80m en su parte más angosta. Mantiene las mismas condicionantes: adosamiento a tres lados, una única fachada, alturas determinadas por el municipio del cantón y un inexistente manual de lenguaje.
Cristina cuenta con 46m2 por planta, se dividió en dos unidades de vivienda independientes, siendo la Planta Baja para Cristina y la Planta Alta para suplantar el ingreso económico por renta, perdido en el terremoto.
Programa.
Dentro de cada unidad, se ubicaron: Habitación Máster, SSHH Máster, SSHH Social, Cocina, Barra Comedor y Sala Social. Se trabajó la cocina abierta como pivote de cada unidad. En la planta baja, se generó un espacio secundario dentro la habitación, a modo de solución emergente a las necesidades de alojamiento.
Materialidad.
Cristina, como postura post- terremoto, quería evitar el hormigón, vidrios, y mampostería de bloque. La iniciativa partió de un proceso de desarrollo físico y social a través de la propuesta de materiales; Se implementó una estructura ligera y flexible de madera, combinando Moral y Mangle bajo unas placas metálicas como sistema de sujeción. Losa de madera con tablones de laurel y caña picada – enlucida. Al ser una construcción propuesta en madera, se busca explorar este material desde su aspecto estructural, aislante, ligero y de fácil construcción.
Las viviendas están diseñadas según las condiciones climáticas de la zona; circulación de aire y penetración de luz. La apertura de su única fachada nos permite incorporar el entorno natural y construido a las viviendas. Se creó entonces una fachada permeable a través de un muro bloques tradicionales en Planta Baja, que trabaja como barrera y separa el interior con la galería exterior. En planta Alta se trabajó con policarbonato, un material plástico ligero no cortopunzante, divididos en paneles modulados.
El policarbonato, estructura y suelos de madera llevan un mensaje bastante más profundo que la liviandad y permeabilidad lumínica, constituyen un referente plástico que represente una forma de relación con su entorno urbano a través de una invitación plasmada en el propio material.