BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN EN ARQUITECTURA PATRIMONIAL O DE INTERÉS PATRIMONIAL
COLOMBIA
Autor: Pablo Gamboa.
El proyecto de renovación de la plaza fundacional Alfonso López es la primera acción planteada por el Plan Especial de Manejo y Protección – PEMP para el re lanzamiento del centro histórico de Valledupar: una intervención que busca frenar el deterioro del sector e incentivar y promover aún más el uso cultural y turístico de la plaza y del sector.
La plaza tiene un gran valor material e inmaterial no solamente en su calidad de plaza fundacional que acoge la Iglesia de la Concepción y la Alcaldía, sino por ser también una de las sedes del Festival Vallenato, música popular autóctona, cultura viva de juglares y acordeón, inmortalizada por Gabriel García Márquez en Cien Años de Soledad. Por esta razón, se construyó hace cuarenta años la tarima cubierta para conciertos “Francisco el Hombre”.
El proyecto arquitectónico, paisajístico y urbano de renovación de la plaza parte de unos criterios de intervención que apuntan hacia el respeto de los valores ambientales y arquitectónicos del contexto histórico: mantener el uso actual de la plaza para conciertos y manifestaciones culturales, políticas y religiosas; el respeto de la arborización existente; dotar de nueva arborización y bancas el espacio para aumentar la superficie en sombra; minimizar la presencia y circulación de vehículos al peatonalizar dos de las calles circundantes (que se harán en segunda etapa); dar prioridad al peatón y a la accesibilidad y fomentar una mayor permanencia de los visitantes. El diseño de la plaza tuvo en cuenta las necesidades y apreciaciones de la comunidad expresadas durante el proceso de socialización.
Una nueva imagen
Punto fundamental del planteamiento del proyecto fue el de renovar la imagen de la plaza para hacerla más contemporánea, proponiendo una nueva imagen icónica que refuerce la identidad de este espacio urbano y simbolice el renacer del centro histórico y la cultura vallenata. La nueva imagen se basa en dos elementos: la pavimentación y la tarima cubierta. El diseño de la pavimentación reinterpreta un motivo geométrico indígena presente en las mochilas aruacas, otro potente símbolo cultural de la región y de Colombia, lo cambia de escala y lo repite a la manera de Burle Marx para producir una imagen cinética dinámica y abstracta. La tarima y su cubierta también buscan la abstracción utilizando formas sencillas y dinámicas que hagan más ligera y menos invasiva su presencia en el espacio y a la vez no rompan con la continuidad del espacio de la plaza. Por esta razón se propuso un portal metálico que vence una luz de veinticinco metros, se independiza de la cubierta de la tarima y genera un elemento acorde con la escala de la plaza y la torre colonial de la Iglesia de la Concepción.
En la pavimentación y el mobiliario urbano de la plaza se utilizaron materiales locales como la piedra Café Pinto de la región, por ser acordes en su materialidad y tonalidad con los materiales existentes en el centro histórico.
