BAQ 2016 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
MEXICO |
BILLY SPRINGALL, MIGUEL ÁNGEL LIRA FILLOY, JORGE MATSUMOTO MÉNDEZ, CÉSAR SORIANO BAUTISTA, OVANDO GÓMEZ, RENÉ DELGADILLO CORONA |
La cadena departamental Liverpool ha encargado a distintos arquitectos las fachadas de sus tiendas de apertura reciente. Cada tienda es una interpretación personal. Nuestro encargo fue una tienda de planta redonda en la esquina de un centro comercial.
El proyecto está en una zona industrial de grandes cajas metálicas sobre el Paseo Tollocan, que une a la Ciudad de México con Toluca, justo en la entrada a esta última. Es un lugar en el que no existe la escala peatonal y los coches transitan incesantes por encima de los 80 km/h. Pensamos que la mejor estrategia era un proyecto muy sencillo que fuera comprensible de un vistazo. Optamos por regularizar la forma curva del volumen y ocultar una serie de escalonamientos y quiebres del edificio para lograr una figura continua simple y clara.
La curvatura ofrecía la posibilidad de contrastar con la industria del lugar. Si ésta es angulosa, metálica y fría; la tienda sería ondulante, blanda y cálida. Empleamos tabletas de resina con fibra de madera atornilladas a bastidores de acero galvanizado. La forma evoca un cesto que se ondula como resultado de rotar la tapa y base de un cilindro de 120 m de diámetro y 25 de altura en sentidos opuestos. Por la rotación se crea un vórtice cuyas paredes entran en tensión diagonal aplanándose (valles), mientras que otras se relajan y forman ondas (crestas). El resultado es un sistema de olas que después se recortan en diagonal y se disponen sobre el cilindro del edificio. Es un sistema de ondas regulares y ordenadas fácil de construir.
La tienda no requiere ventanas, por lo que sólo hay dos perforaciones en la fachada: la puerta de acceso y una terraza habitable en la última planta. La puerta es una sección de cono elíptico, una especie de túnel de aluminio con un carácter dramático que dialoga con la curvatura de la fachada. Para la terraza, dejamos una gran ranura sin tabletas que libera las vistas al paisaje.
La curvatura de la fachada es sugiere la posibilidad de ser muy dinámica y establecer un diálogo con la carretera. Para evocarla, dejamos una serie de ranuras horizontales iluminadas y estratificadas en diferentes niveles. Cada nivel tiene tamaño y ritmo distinto. Así, las ranuras no sólo recuerdan las líneas de la carretera, sino también las luces de coches en movimiento.
Procuramos que el sistema constructivo fuera muy simple, redujera la posibilidad de errores de ejecución, y que cumpliera con el límite de costo de 300 USD por metro cuadrado. La solución fue construir sobre bastidores verticales curvados con dos radios contrapuestos y desarrollar conectores ajustables tridimensionalmente para asegurar la verticalidad de las tabletas.
La iluminación de colores cambiantes que colocó Liverpool produce un efecto interesante cuando la fachada se pinta de azul y contrasta con las ranuras de luz blanca. Sugiere una carretera en noche lluviosa.