BAQ 2012 |
CATEGORÍA REHABILITACIÓN Y RECICLAJE |
MÉXICO |
HENRY PONCE ARQUITECTOS |
Enclavada en el corazón del centro histórico de Mérida se encuentra esta pequeña casa resultante de divisiones y alteraciones efectuadas en el pasado. La casa data de más de 100 años lamentablemente se encontraban muy pocos vestigios de esta época, la propiedad cuenta con limitadas dimensiones de frente y profundidad lo cual nos plantea el reto de crear espacios que se percibieran con mayor amplitud y de conexión al exterior en la mayor medida posible.
La casa se encontraba prácticamente en ruinas donde las dos primeras crujías eran las que tenían realmente un valor histórico, aunque ambas se encontraban divididas por un entrepiso de concreto seguramente construido a mediados del siglo XX, ambas crujías conservan las cubiertas a base de vigas de madera, el resto del conjunto era una construcción perecedera sin ningún valor arquitectónico, razón por la cual se tomo la decisión de demoler esa parte.
El programa arquitectónico fue pensado en su futuro usuario, quien necesitara espacios de terrazas conectadas al exterior ideales para disfrutar el clima de la ciudad de Mérida, sus espacios serian sala, cocina-comedor, dos habitaciones con baño y piscina.
Se plantea en la primera crujía el espacio de recibidor y sala, esta area se percibe como dos espacios contenidos en uno solo ya que al liberar el entrepiso de concreto existente y haciendo un mezanine de madera a la mitad del salon se genera los usos del recibidor este a doble altura el cual conserva su cubierta original a base de vigas de madera y por otro lado se aloja la sala bajo el mezanine, en el espacio total se planteó el uso de piso de concreto pulido con tapetes de mosaicos de pasta haciendo una referencia a la arquitectura tradicional yucateca.
Después tenemos el espacio de cocina, esta se proyecta de una manera muy neutral teniendo como base el manejo de concreto pulido como principal material en pisos y cubiertas de cocina incluyendo la isla que a su vez sirve como mesa de desayunador.
Pasando la cocina se llega a lo que sería el corazón del proyecto, donde se encuentran los espacios de terraza cubierta, piscina, recamara de huéspedes y escalera, dichos espacios se unen de manera visual y dialogan entre ellos, tratando de conseguir la mayor sensación de amplitud espacial en estos espacios, se propone como solución una planta libre, para esto se diseña el uso de vigas metálicas tipo “I” que permitieran librar todo el claro ocupando las dimensiones del terreno de lado a lado, estos espacios reflejan una arquitectura actual pero fusionada a la arquitectura de su época original dejando como elemento de vestigio un muro de mampostería de piedra desnudo, pues con el paso de los años ya había despojado gran parte de su acabado de estuco, muro que liga y unifica los espacios que contiene. La piscina cuenta con una caída de agua que provee un singular sonido ideal para el ambiente de los espacios alrededor, se ha elaborado con acabado de cemento blanco bruñido y que con la luz el agua se tiñe de un verde cristalino, la recamara de visitas tiene la facultad de unirse o separarse del área a través de una puerta corrediza de piso a techo que termina por desaparecer al momento de abrirse.
De manera escultórica y coronando la piscina se asienta la escalera simulando un plano desplegado construida en concreto cepillado que invita a ascender y descubrir los demás espacios, dicha escalera se enmarca con un muro en color rosa mexicano el cual rompe la neutralidad del conjunto.
Una vez arriba encontramos una terraza abierta, ambientada con un estilo sobrio, mediante el uso de cemento gris bruñido en la barra de servicio y el concreto gris cepillado en el piso. Esta zona sirve de paso para llegar a la recamara principal conectada a través de un ligero puente, cobijado por un sutil voladizo sostenido por el uso de vigas metálicas, donde la continuidad espacial sigue presente al eliminar por completo el uso de columnas.
Después se llega a la recamara principal, espacio de generosas dimensiones ubicado en la segunda crujía de la casona original, en esta habitación al igual que la primera crujía se conserva su cubierta a base de vigas de madera, de igual forma en el piso se planteo el uso de concreto pulido con tapete de mosaico de pasta. Esta recamara tiene la dualidad de estar conectada tanto al área exterior a través de su pequeña terraza, como al interior por el mezanine de madera, el cual funge como extensión de la recamara principal además de estar conectado con el espacio del recibidor y sala de la primera crujía.
Sin duda esta casa es el reflejo de lo que se puede lograr conjugando el pasado y el presente en un mismo sitio, guardando siempre el equilibrio entre los elementos arquitectónicos de la arquitectura tradicional con un lenguaje contemporáneo.