BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN ARQUITECTURA PATRIMONIAL O DE INTERÉS PATRIMONIAL
PUERTO RICO
Autor/es: ARQ. ALBERTO FERRER, AIA / SCF ARQUITECTOS-
Colaboradores: Luis Yordán / Arquitecto de proyecto (SCF); Consultores: Alejandro Gómez / Estructural Alfonso Lázaro / Eléctrico; Rafael Parés / Mecánico; Norberto Benítez / Civil; Office of Gabriel Bérriz / Arquitectura paisajista.
La antigua residencia Méndez-Bagur en Miramar, una estructura construida en 1914 al estilo neoclásico francés fue adaptada para convertirla en las instalaciones del nuevo Museo de Arte y Diseño de Miramar (o MADMi por sus siglas). El diseño arquitectónico creó un enlace entre el pasado y el presente mediante la preservación del cascarón exterior de la casa original y adaptando su interior, que se encontraba en ruinas, a unos espacios modernos para exhibición para el museo y centro cultural. El proceso de reutilización adaptativa de la estructura original de la casa, desde el punto de vista del diseño, no fue de preservar ni restaurar, sino dar un uso nuevo a una estructura, sin necesariamente eliminar elementos arquitectónicos originales que la distinguen. La casa original fue construida como la residencia principal de Luis Méndez Vaz y María Bagur, un matrimonio puertorriqueño prominente. Luego de visitar Paris en 1910, la pareja decidió construir su hogar siguiendo el diseño de uno de los prototipos publicados en un libro francés, titulado “Nuevas Casas de Campo” (Nouvelles Maisons de Campage), que incluía plantas y fachadas de una variedad de casas al estilo campestre popular en el Paris de la época. El proyecto contó con financiamiento privado de la Fundación Luis Méndez Vas y María Bagur, Inc., fundada por su hijo, Eduardo Méndez Bagur, para mantener el patrimonio familiar con un centro cultural que contribuya a la comunidad y, eventualmente, se convierta en un catalizador para la preservación y la conservación de la zona histórica de Miramar. Uno de los principales desafíos del diseño fue preservar el carácter original y la presencia de la residencia dentro de la zona histórica, mientras se lograba una reutilización adaptativa eficiente de la estructura, con intervenciones modernas, dentro de un solar restringido por varias estructuras comerciales y residenciales adyacentes. El enfoque del diseño abarcó, entre otras cosas, un claro contraste entre el estilo neoclásico francés de la estructura original y el diseño minimalista de las expansiones contemporáneas, que no son claramente visibles desde la calle Cuevillas; mantener el exterior de la casa original y su fachada principal como una primera impresión que permanecería en la memoria histórica de Miramar; revertir la estructura original a su esencia al demoler todas las expansiones y modificaciones realizadas a lo largo de los años que no agregaron diseño o valor histórico a la casa; lograr que la estructura a cumpla con los códigos vigentes y crear el punto de entrada principal al museo en la intersección entre la estructura original y la expansión moderna. Siguiendo el concepto de “una casa dentro de una casa”, se construyó una nueva estructura de hormigón dentro de la estructura existente para estabilizar la estructura original. La nueva estructura sirve como soporte estructural para el nuevo segundo nivel y el techo. Esto se logró mediante la inserción de espigas de hierro con epoxi en las paredes exteriores existentes en un patrón de 3 pies por 3 pies. Las clavijas actuaron como anclas para el cascarón existente que se sostiene con nuevo muro de hormigón armado y nuevos cimientos. El proyecto final está compuesto por tres elementos principales: • El espacio de la casa original que alberga los principales espacios de exhibición del museo. • El módulo de hormigón expuesto que alberga las escaleras, los baños, el elevador y la sala de educación y de usos múltiples en el segundo nivel. • El pabellón de vidrio que alberga el vestíbulo de entrada y la sala de eventos. Es un espacio moderno y flexible dedicado a actividades comunales, proyecciones de video y exhibiciones a gran escala. En la parte posterior del solar, una terraza al aire libre sirve de espacio de contemplación tranquilo dentro del ajetreado tejido urbano de Miramar y mejora la experiencia del visitante con la presencia de la escultura icónica del Museo, una reproducción de fibra de vidrio roja de una camioneta Studebaker de 1949, un legado de Eduardo Méndez Bagur, el fundador del museo.