BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | PUBLICACIONES ACADÉMICAS
COLOMBIA
Autor/es: Isabel Arteaga Arredondo, César Guzmán Guzmán, José Mario Mayorga Henao.
Parafraseando a Françoise Choay, “construir ciudad” no es sinónimo de urbanizar. Esta frase nos remite a una imagen de todo aquello que hoy, aunque haya pasado por un proceso de urbanización no alcanza a ser ciudad, pues lo que le da soporte público está ausente, no cubre las necesidades de quienes allí habitan o no permite la interacción social. Los equipamientos colectivos son dispositivos que, sumados a otros de soporte territorial y ámbito público, “construyen” ciudad allí donde el proceso de urbanización no los asumió.
En el contexto colombiano, los equipamientos colectivos han recuperado la importancia perdida en décadas pasadas, no sólo en los discursos académicos sino también en el planeamiento urbano y las políticas públicas. Desde la academia hemos insistido que el reto en cuanto a equipamientos no está solamente en producir una buena arquitectura sino, sobre todo, en convertir dichos equipamientos en una herramienta que, desde el ordenamiento del territorio y la política pública, genere mejores ciudades en los próximos decenios.
Esta publicación, se centra en el papel urbanístico del equipamiento colectivo en lo que respecta a su potencial como elemento estructurante de los nuevos tejidos residenciales, y a su vez, de los grupos sociales y de la vida cotidiana, bajo la premisa de que su ordenación ha vuelto a tener interés para las administraciones públicas pues se está comprendiendo su rol en la conformación de ciudades socialmente más equitativas y justas. Su propósito es comprender el papel del equipamiento colectivo en el planeamiento urbano, en particularmente como estrategia de regeneración de la ciudad consolidada y de cubrimiento de déficit dotacional en sectores urbanos con escasez de suelo. Dicha estrategia se vale de un nuevo tipo edificatorio, más denso (desde la ocupación del suelo y la altura) y más diverso (desde la mezcla de usos) que el tradicional, para producir una nueva “intensidad” urbana allí donde se sitúe.
El libro se compone de tres capítulos. El primero se centra en poner en discusión dos argumentos: i) La pertinencia de recuperar los estándares para el ordenamiento de los equipamientos colectivos en el marco del planeamiento urbano; ii) el cambio de un modelo expandido a un modelo concentrado en las recientes experiencias de equipamientos, que además agrega mezcla de usos y actividades, y, en esa línea, aprender de las experiencias de edificios híbridos. El segundo se concentra en el análisis de diez edificios recientes que se consideran representativos de equipamientos desarrollados en altura, con mezcla de servicios dotacionales y otros usos. El tercero aborda una experimentación a través de modelaciones que toman los casos de estudio como “tipos” a ubicar de acuerdo a las necesidades dotacionales de sectores urbanos consolidados y deficitarios. Con ello se establece una ruta metodológica para evaluar los sectores con mayores necesidades dotacionales, seleccionar aquellos predios más oportunos para emplazar los “tipos” y evaluar el cubrimiento de necesidades poblacionales al que se llegaría con estas modelaciones. Pretende demostrar la oportunidad que hay en el cambio edilicio y programático de los equipamientos para regenerar la ciudad consolidada.
