BAQ 2010 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
MÉXICO |
MAURICIO ARDITTI MELZER |
UN ESPACIO ARQUITECTÓNICO PARA LA COEXISTENCIA ARMÓNICA ENTRE TODA LA GENTE
En la historia de la humanidad encontramos tristes episodios que con fuerza negativa impulsaron los actos más incomprensibles para la mente humana… El exterminio del hombre hacia el hombre.
En este museo cuya intención es la de mostrar estas irracionalidades acompañadas de información educativa que nos hace conscientes de la importancia de abogar por la coexistencia pacífica y respetuosa entre todas las personas, es trascendente el hecho de que la concepción física del edificio se relaciona formalmente, reforzando el contenido del mismo.
ACERCA DE SU IMPORTANCIA SOCIAL…
El museo “Memoria y Tolerancia” se encuentra integrado por el recuerdo de genocidios provocados por discriminación racial (Memoria) y el imperdonable legado que nos deja, comprometiéndonos llevar a la consciencia la importancia del respeto y la riqueza de la diversidad (Tolerancia). Este museo pretende dar a México un espacio de estudio en un marco democrático y pluricultural para el desarrollo de generaciones venideras.
DE SU CONCEPCIÓN ESPACIAL…
Dispuesto sobre un basamento contextual continuo del conjunto de plaza Juárez, se asienta el volumen principal que contiene a “Memoria y Tolerancia” como dos manos abiertas que a su vez sostienen (y contienen flotando) al motivo principal del espacio interior… “El Memorial de los Niños”.
Nosotros (Arditti+RDT Arquitectos) creemos que la única esperanza para la humanidad recae en la educación de las generaciones futuras. Es por esto que la fuerza de flotar el Memorial de los Niños como el corazón del Museo tiene un objetivo doble:
A-) Recordar a aproximadamente dos millones de niños exterminados en genocidios, lo cual representa el acto más irracional de odio entre la gente… matar a un niño…
B-) Fomentar la educación de los niños, ya que sólo de esta manera se pueden erradicar el odio y los prejuicios, contribuyendo a la humanidad a coexistir en armonía.
En el atrio interior del Museo, se leen y diferencian claramente (con materiales naturales) los elementos independientes que lo componen:
Una caja de madera de tzalam contiene al Auditorio, el cual a su vez se encuentra volado hacia las rampas que descienden y lo separan de la zona museográfica para niños, mientras que su parte superior sirve de base integrando el área de Exposiciones Temporales que atrae a los visitantes por medio de una cristalera transparente remetida.
El Area Administrativa se integra dentro del elemento oscuro de granito, el cual se encuentra separado de la exhibición principal del Museo por una entrecalle remetida de cristal opaco que alberga al Centro Educativo ligado por un corredor rampeado y acristalado hacia la Biblioteca Pública localizada dentro del Portal mirando a la Plaza Juárez.
Las circulaciones horizontales están sobrepuestas como balcones que permiten percibir diferentes perspectivas del espacio interior abierto, mientras que la exhibición permanente del Museo (Memoria y Tolerancia) está contenida detrás de la masividad de carácter neutro del elemento de concreto aparente en forma de “L”.
El recorrido inicia en el nivel superior en una plataforma sobre el Memorial de los Niños. Desde ahí, el visitante aprecia la realidad del mundo exterior libre (el Palacio de Bellas Artes, la Secretaría de Relaciones Exteriores, el Archivo de Notarios, la Alameda, la Plaza Juárez, Etc…) bajo la luz del sol y penetra al espacio interno para presenciar episodios oscuros de la historia del hombre.
Durante el recorrido de las salas de Memoria y Tolerancia los visitantes descienden por los tres niveles superiores del Museo (5to, 4to y 3er).
Los genocidios y crímenes contra la humanidad incluidos en la parte de Memoria son: El Holocausto, Armenia, Ex Yugoslavia (Srebrenica), Rwanda, Camboya y Darfur.
En la transición entre Memoria y Tolerancia se genera un respiro, sacando temporalmente al visitante al espacio exterior hacia el Memorial de los Niños (concebido junto con el artista holandés Jan Hedrix) dentro de un espacio naturalmente iluminado, donde una cascada de 20,000 lágrimas simbolizan a las víctimas – una por cada cien almas perdidas. La piel del Memorial retoma el árbol del olivo como símbolo de paz.
Al salir del Memorial uno desciende por el espacio abierto hacia un corredor de cristal que remata con la presencia del mural del artista mexicano Gustavo Aceves; éste marca el reingreso a la exhibición permanente de Tolerancia en el tercer nivel. Esta exhibición se extiende a lo largo de diecinueve salas en las que se presenta el tema de la tolerancia desde la vida cotidiana hasta las cuestiones públicas.
Este espacio está diseñado para generar conciencia de la importancia del diálogo, la implicación de nuestras actitudes, palabras y actos; de la importancia de respetar y valorar las diferencias sociales, culturales y religiosas; y la responsabilidad que cada uno tenemos de promover la paz y prevenir futura discriminación e intolerancia.
Un área aislada permite al visitante reflexionar sobre los temas presentados. Este espacio para la introspección fue intervenido por Helen Escobedo (q.e.p.d.) Premio Nacional de Ciencias y Artes, donde en un espacio minimalista de proporción vertical, una plataforma suspendida superiormente desciende y asciende continuamente generando una sensación de opresión y liberación.
Dado que la exhibición no es apta para menores de 12 años, se generó una zona especial para niños debajo del nivel de acceso donde a través de juegos, cuentos y dinámicas se les transmite el valor de la tolerancia y respeto. El museo también cuenta con una cafetería y una tienda especializada.
Al terminar el recorrido, una ventana enmarca la vista al otro lado de la calle, integrando al interior la estatua de Benito Juárez (líder y pensador mexicano) recordándonos que “tanto entre los individuos como entre las naciones, el respeto al derecho ajeno es la paz”.