BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | EDIFICIOS ADMINISTRATIVOS, INSTITUCIONALES Y CORPORATIVOS
Autor/es: LORENZO CASTRO / CASTRO ARQUITECTOS.
Colaboradores: YEZID ROPERO T. FELIPE DELGADO L. SEBASTIÁN GÓMEZ R. DAVID CARDONA G. JULIANA PINTO O. ÁLVARO MEDINA C. XAVIER MORY M. CATALINA BARRERO G.
y ENTRABE ARQUITECTOS (GERARDO OLAVE, ANDRÉS CASTRO, LINA MORA, DAVID SIERRA, MARÍA VELÁZQUEZ, CLAUDIO ARÉVALO, JUAN PABLO PARADA, ANDRÉS HERRERA, VALENTINA ROMERO)
El PMDUA 2007 que se formuló para Corferias, resaltó la necesidad de ir más allá de los límites del recinto ferial para articularse realmente a la ciudad. El encargo surge entonces como complemento a la intervención perimetral de espacio público de una primera etapa. Así, el edificio se desarrolló a partir del anteproyecto que se hizo en conjunto con Entrabe Arquitectos.
El Borde Activo, se convierte en grandes puertas de entrada del público al recinto, cerca de las taquillas sobre la Av. La Esperanza. La estrategia plantea una construcción que literalmente surge del suelo. El andén se convierte en una alameda marcada por una línea de Guayacanes. Luego, la misma superficie se pliega en un talud ajardinado que tiene una cobertura verde, baja y mediana, de donde nacen Mano de Osos y helechos arbóreos. El talud acompaña el recorrido ascendente de una escalera caballera y de una rampa dentro del jardín escarpado hasta la terraza-balcón. Allí, mesas y restaurantes discurren a lo largo del edificio para armar el borde de la feria en el nivel superior. El espacio es estimulante para la ciudad, y a la vez, permite a sus habitantes disfrutar de la vida al interior de la feria sin necesidad de acceder a ella.
Al interior del recinto, una serie de patios enriquecen el recorrido de la galería cubierta y dan acceso a salones que complementan la actividad de la feria entre jardines con Robles. Al momento de la lluvia, en un juego de sonidos, el agua viaja por viga-canales ranuradas y cae en los estanques y helechos. La lluvia es recogida en ojos de agua que miran arriba y ven el cielo a través de los marcos conformados por la estructura.
En la cubierta, vigas-jardinera van a lo largo del edificio. Esta gran matera aloja Jazmines de olor y buganvillas de varios colores que poco a poco se enredan en un dintel de mallas triangulares.
Actualmente, se han construido 130 metros de los 200 metros de longitud que tendrá el edificio en su segunda etapa. Para ese entonces, la cubierta conectará al hotel con el centro de convenciones. Es un espacio privilegiado con una vista que domina todo el recinto, y recoge a los cerros orientales dentro del edificio.
El sistema de tanques y reciclaje de agua está previsto; el edificio ha tenido en cuenta todas las posibilidades para implementar sistemas bioclimáticos con el fin de garantizar su buen comportamiento y ahorros en los diferentes consumos enmarcados en el tema ambiental.
La estructura del edificio se desarrolla a partir de pantallas de concreto que soportan una viga central por donde viajan las redes y equipos técnicos necesarios para un buen funcionamiento. El edificio ha sido construido cuidadosamente en concreto ocre, fundido con formaleta de listones de madera dispuestos cada 7 centímetros, sin cepillar, para plasmar una textura que resalta con la luz de Bogotá.
El pabellón es una pieza del sistema creado por el anillo perimetral que fortalece la relación del recinto ferial con Bogotá.
