BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | ARQUITECTURA MÍNIMA
COLOMBIA
Autor/es: Bassico Arquitectos | Arq. Jorge A. Gaviria G., Arq. Paola A. Álvarez R., Arq. Luis E. Gaviria G., Arq. Gabriel J. Martínez R., Arq. David Martínez R., Arq. José D. Rodas V.
Colaboradores: Arq. Jhonatan Gallego.
La Feria de Diseño 7 nos encarga diseñar una de sus experiencias. Espacios alternativos a los ofrecidos por las múltiples marcas y empresas que expusieron sus productos y servicios.
Pero, ¿qué experimentar? ¿Qué mensaje exponer con la vivencia de este espacio?
Propusimos las siguientes estrategias:
- Ocultar, insinuar. Provocar curiosidad.
- Incitar la aproximación.
- Descubrir. Una pausa, un oasis.
El objetivo fue simple: Ofrecer un lugar, dentro del caos, la velocidad, el ruido propio de una feria; para aislarse, transformarse, recargarse y respirar.
El pabellón se proyecta como una caja de cristal que oculta, que intimida, que llama la atención, despierta curiosidad. Protege algo por revelar (1).
Estimula el deseo de aproximarse para descubrir algo, un tesoro, un oasis: lo vital (2). Un espacio para recorrerlo, atravesarlo en pocos segundos, suficientes para conectarse con lo natural: la vegetación, el agua, la luz, el aire; crear un vínculo con quien lo habita, transformarlo y recargarlo, RESPIRAR (3).
Un espacio con un mensaje para proteger lo imprescindible.
Se construye en su exterior como una caja de vidrio negro reflectivo, de 5 x 5m en planta y 2.5m de altura (62.5 m3), que no permite observar su contenido. Otro paralelepípedo atraviesa este volumen para generar el acceso y salida del recinto en sentido unidireccional, sobre una plataforma elevada de paneles de bambú y estructura metálica.
El interior protege un oasis que se revela al individuo atrapado por la curiosidad, que, al asomarse por las aberturas generadas por la intersección de los volúmenes, es seducido a atravesar la pasarela y desconectarse por unos segundos de la feria.
El oasis está conformado por especies vegetales diversas en ambos costados del recorrido, un espejo y dos cortinas de agua que enmarcan el trayecto. Las cortinas potencian la experiencia con el sonido producido en contacto con el espejo y el olor a bosque que se emana con el movimiento y las plantas. Activación de todos los sentidos.
Al interior se dispusieron los dos lados de la caja de vidrio que respaldan la vegetación a manera de espejos, para expandir infinitamente el espacio y la relación con lo natural (Percepción de mas m3).
El pabellón fue posible gracias a la unión de 11 empresas (gestión, diseño, estructura metálica, ventanería, paisajismo, diseño hidráulico, iluminación y sonido, aglomerados y superficies) donde cada una aportó su experiencia para que la vivencia de este espacio fuera posible, siendo montable en 3 días y usando la menor cantidad de recursos disponibles; todos recuperables y reutilizables.