BAQ 2016 |
CATEGORÍA HÁBITAT SOCIAL Y DESARROLLO |
VENEZUELA |
STEFAN GZYL, JOSYMAR RODRÍGUEZ, MARÍA VALENTINA GONZÁLEZ, JOSÉ GUINAND, MANUELA FALCÓN, GABRIEL FOSSI, YANFE PEDROZA |
Paradiso es un jardín urbano cuyo cuidado y crecimiento ha sido confiado a los habitantes de Caracas. Es una instalación temporal que ofrece un espacio de inclusión e ilusión, un escenario frágil dentro un contexto conflictivo en el cual el visitante es invitado a imaginar y construir otra ciudad.
Los conceptos fundamentales de Paradiso se revelan en el diseño del jardín y en las interacciones promovidas entre usuarios y con la instalación. Para entrar, el visitante debe pedir ayuda a dos personas y pasar por un estrecho túnel que marca un cambio de escala. Una vez dentro, es recibido por una densa masa vegetal de que invita a descubrir el jardín. El mobiliario incluye un “banco de la confianza” que solo mantiene el equilibrio si dos personas se sientan simultáneamente. El espacio central de Paradiso es un receptáculo de plantas en crecimiento, un recinto circular e íntimo en el que el visitante es invitado a depositar una planta. Una vez allí, esta le pertenece al jardín y depende de otros para su cuidado. En este sentido la responsabilidad de cuidar de algo que no es propio sino colectivo es compartida por todos. Después de dos semanas, la instalación es develada y los visitantes reciben una planta que la ciudad les devuelve como recompensa por haberse hecho cargo del jardín. Algunas plantas son sembradas en la ciudad, mientras que otras terminan en casas y colegios como un regalo de la ciudad a sus habitantes.
Más del 70% de los usuarios de Paradiso fueron niños y jóvenes. La niñez es la etapa más susceptible a cambios en el comportamiento, de ahí el énfasis del proyecto a trabajar con niños. Como parte de Paradiso organizamos previamente talleres de siembra y concientización ambiental en escuelas de Petare, el barrio más grande de Venezuela. Estos talleres involucraron a más de 400 niños, quienes luego se convirtieron en dedicados cuidadores del jardín y principales replicadores del significado de la instalación a nuevos visitantes.
Paradiso ocupó la Plaza Sucre del casco histórico de Petare. A pesar de encontrarse inmersa en un contexto inseguro, es un espacio urbano vibrante que sirve como patio de juego para niños de la zona, ceremonias religiosas, mercado vecinal, etc. Paradiso fue explorado y disfrutado diariamente por más de 500 personas, modificando y revalorizando las dinámicas del lugar. Antes de Paradiso sólo el 10% de las personas que recorrían la plaza permanecían más de 20 minutos. Durante las dos semanas de la instalación, el 50% de todos los transeúntes se detenían y disfrutaban tanto del jardín como de todos los espacios de la plaza.
La evidente degeneración del espacio público en Caracas ha producido también la degradación de las relaciones humanas en la ciudad, un proceso invisible pero igualmente perjudicial. En una ciudad en la que pareciera que hemos olvidado principios básicos de convivencia, esta instalación propone un ámbito en el que el visitante puede recuperar la confianza en el otro y en la ciudad como el espacio que nos une a todos.