BAQ 2020
PREMIO PANAMERICANO | INTERVENCIÓN EN ESPACIO PÚBLICO Y/O COLECTIVO
BRASIL
Autor/es: JULIANA CASTRO SOUZA.
Colaboradores: ALINE BUSS, CESAR FLORIANO DOS SANTOS, CLARICE CASTRO WOLOWSKI, ELISA LODETTI.
El Parque Lineal del Córrego Grande está configurado por la implantación de estructuras de bajo impacto en el área de preservación permanente, constituida por el retranqueo de 30 metros de las márgenes del curso de agua.
El parque permite al público disfrutar de este espacio natural, salvaguardando el mantenimiento de la fauna y la flora, contemplando la creación de núcleos de apropiación interconectados por una pista de paseo y ciclismo que recorre toda la longitud del arroyo, creando una oportunidad de conexión transversal entre las localidades que bordean el curso de agua cruzando los límites de la red viaria.
Los conceptos rectores de este proyecto son:
Conectividad: integración local de las zonas mediante elementos funcionales: sendas peatonales y ciclistas, el puente y las cubiertas que conectan el parque con las urbanizaciones privadas. Se trabajó la conexión visual y física entre los edificios y las zonas públicas para dinamizar el espacio público.
Accesibilidad: el acceso a la «ciudad para las personas», una ciudad acogedora y amable, con espacios públicos planificados, un equipamiento urbano de calidad es el principal objetivo de este proyecto.
Apreciación de la naturaleza: impregna todo lo que se ha diseñado. El Parque es un entorno único que realza el arroyo, antes abandonado, casi no había contacto visual ni físico entre él y la ciudad. En el proyecto se exploró la flora autóctona, ambientando las calles circundantes y el parque; así como recomponiendo espacios degradados.
El elemento principal es el gran puente para ciclistas y peatones. Nuestra propuesta de excluir el paso de vehículos motorizados fue aprobada por las autoridades públicas, pone al ser humano en primer lugar y da prioridad al transporte activo. El puente, con su suelo de madera y sus barandillas de acero corten, cuenta con amplias cabeceras para crear espacio para grandes reuniones, como actuaciones musicales y ferias. Es un puente cuadrado.
La masa vegetal existente alrededor del arroyo se mantuvo y se contorneó con el diseño del puente, lo que dio lugar a formas que abrazan la naturaleza local y ofrecen a las personas un contacto directo con las copas de los árboles.
Los equipamientos de ocio se incluyeron en las zonas más abiertas, preservando el espacio ya ocupado por la naturaleza. Los materiales elegidos son naturales y mantienen la permeabilidad del suelo. Toda la zona que estaba degradada se plantó con árboles autóctonos.
Destacamos las conexiones directas de los edificios privados con el parque. Esta estrategia proporciona una mayor apropiación por parte de la comunidad local. Las zonas que habrían estado en la parte trasera de los edificios se convirtieron en fachadas para el parque. Así, el espacio público ganó más puertas abiertas en su dirección y, en consecuencia, más seguridad.
Durante el largo proceso del proyecto se celebraron numerosas reuniones en las que se unieron las ideas de las autoridades públicas, la comunidad y los empresarios de los nuevos edificios vecinos. La comunidad participó activamente, su voz y su fuerza consolidaron un Acuerdo de Ajuste de Conducta, en el que se definió la ejecución del parque. Las empresas constructoras aceptaron la colaboración público-privada y pagaron los costes de las obras. El proyecto desarrollado revitaliza y enriquece el tejido urbano, promueve la apropiación del uso público y genera dinamismo en la región.