RECTORÍA DE LA ESCUELA BANCARIA Y COMERCIAL

El carácter de este edificio surge de la instancia privada para establecer las oficinas de la Escuela Bancaria y Comercial  dentro de una casa antigua de la Colonia Juárez; debido a la necesidad que en el programa arquitectónico estableció se resolvió el resto de los espacios necesarios a manera de pabellones, concebidos en una estructura ligera que dialoga con la presencia de los árboles, tal vez coetáneos a la casa y que se solucionan siempre teniendo en cuenta la composición arquitectónica con la realidad a la que se ajusta.

Resolver este edificio  significó trabajar a nivel de lenguaje arquitectónico en un edificio que respetara y entendiera su contexto histórico, así como su programa, a veces muy riguroso en cuanto a necesidades, pero que se resuelve como una edificación contemporánea que se entreteje con la arquitectura original del sitio y permite resolver los usos propios de una edificación del siglo XXI.

Los niveles propuestos responden a los requerimientos y también al nivel de accesibilidad del edificio; así los espacios destinados a recibir público se resuelven en los salones de la casa, directamente comunicados por un acceso propio o a través de recepciones controladas; los espacios propios de oficina, que serán de uso exclusivo de los empleados de la Escuela se propone al fondo y hacia la nueva edificación, que de acuerdo al programa se proyecta en tres niveles, comunicados por una intersección vertical que aprovecha la zona del patio central resolviéndose una escalera que permite vivir el espacio desde recorridos y nuevas formas de vivir el espacio central y abierto de la casa.

Este núcleo vertical se integra al primer nivel, donde se resuelve el acceso y comunica todos los niveles de la casa (tres sobre el nivel de banqueta y uno en sótano). Los tres niveles corresponden, en PB con el nivel de piso terminado de la casona, en segundo con el nivel intermedio de la casona, que tiene nivel de piso terminado a nivel de techo alto de la losa en promedio 5.30m y se conforma un mezzanine y un tercer nivel, que se resuelve flotando sobre el nivel de techos de la casa para alojar las oficinas que tendrán acceso a una azotea verde, potencializando así los espacios que antes estaban abandonados, o servían para alojar servicios únicamente. Así la Planta Baja se convierte en oficinas abriendo el patio, permite la iluminación y ventilación natural de los espacios que antes eran bodegas y cuartos de máquinas, y la azotea, visible también desde los edificios aledaños a la casa se propone una composición de paisaje a manera de quinta fachada.

La accesibilidad al predio se da en dos puntos que existían ya, donde se distribuirá el personal y los usos de las oficinas intentando mantener el carácter de la casona; el primer acceso de servicios, en el extremo sur, al centro, el acceso principal que se mantendrá en función de eventos de la Escuela y se controlará sólo cuando sea necesario y hacia la colindancia norte el acceso de empleados a través del jardín y hacia los espacios vestibulares que distribuirán hacia las oficinas, accediendo a través de la puerta principal y hacia el patio donde se resuelve un puente que dirija hacia las escaleras que comunican todos los niveles; el bloque de servicios sanitarios se ha propuesto en el punto que corresponde a la parte más intervenida de la casa, de acuerdo al documento de restauración se trata de una obra de ampliación que corresponde a la década de 1960.

El edificio contará también de acuerdo a petición del cliente y conforme a reglamento, con un elevador para transportar personas con discapacidad a todos los niveles del edificio, y para facilitar la distribución de insumos, consumibles y papelería hacia las zonas de bodegas que se encontrarán a nivel de sótano.