BAQ2010 |
CATEGORÍA HÁBITAT SOCIAL Y DESARROLLO |
PRIMERA MENCIÓN |
ESPAÑA |
ANA RODRÍGUEZ GARCÍA, RAFAEL HERNANDO DE LA CUERDA |
EL EDIFICIO
El edificio de viviendas de la calle Argumosa 16, se encuentra situado en Lavapiés, una de las zonas más singulares del centro de Madrid, con un tejido en manzana cerrada característico de la ciudad histórica, en este caso de gran densidad.
El edificio de finales del siglo XIX, incluido en el Catálogo de Edificios Protegidos del Plan General de Ordenación Urbana de Madrid, es entre medianeras, con fachada a las calles Argumosa y Sombrerería.
Las 23 viviendas se organizan en torno a cuatro patios, todas son exteriores y disponen desde su origen de cuarto de baño y cocina independientes. No existe infravivienda ni por superficie ni por condiciones higiénicas.
El sistema constructivo/estructural del edificio, es característico del casco antiguo de Madrid, con muros de carga exteriores de ladrillo de gran espesor, y muros interiores de entramado de madera, así como los forjados y la estructura de cubierta.
Las fachadas a la calle son de ladrillo visto, macizo aplantillado, con profusa decoración en el aparejo de la fábrica, típica madrileña de ese periodo, y se rematan en cubierta con potentes aleros de canes de madera que caracterizan en gran medida la imagen del edificio.
El estado de conservación de la estructura es en general bueno, en gran parte por la calidad de su construcción.
Sin embargo, el aspecto general y el conjunto de las instalaciones, estaban obsoletos y en un estado pésimo, por desafortunadas reformas y falta de mantenimiento, y no cumplían ningún requisito para la vida contemporánea.
LOS VECINOS
Los vecinos de la finca, representan magníficamente la capacidad y modernidad de los edificios antiguos para albergar, desde hace mas de cien años, diferentes formas de vida.
La convivencia de ancianos, algunos nacidos en la finca, con profesionales que en los últimos 15 años han comprado pisos, y gente muy joven alquilada, conforman una interesante mezcla, y una de las claves del éxito, junto a la implicación de todos.
EL ESPACIO COLECTIVO
El espacio común, se ha tratado verdaderamente como lugar de relación, extensión colectiva de la vivienda, y prolongación privada de la calle.
Los grandes vidrios de la familia de lucernarios, incluidas las puertas de acceso, permiten, una vez traspasado el umbral de las viviendas, la interacción con el exterior, haciendo propios la calle y el cielo. Por la noche, cambia el sentido de interacción, y con la iluminación, el espacio colectivo se proyecta hacia el exterior.
¿Qué mayor sostenibilidad, que no utilizar luz artificial durante el día?
¿Qué mejor luminaria que el empleo de materiales cuyo acabado superficial interacciona y refleja la luz natural y/o artificial?
¿Una iluminación atractiva sólo se ha de disfrutar en espacios arquitectónicos diferentes del doméstico colectivo de las comunidades de vecinos?
Estrategias de intervención
Llevar la luz a todos los puntos, directa o reflejada
1. Lema » y se hizo la luz»
La apertura de un nuevo lucernario sobre el portal ha transformado por completo y muy positivamente el espacio de acceso en planta baja, y se completa con la renovación y reinterpretación de los lucernarios ya existentes en la cubierta.
La familia de los 3 lucernarios, similares en su construcción, de acero inoxidable y grandes vidrios de una pieza, y diferentes en su adaptación a cada ubicación, han convertido el espacio colectivo en un conjunto luminoso y tranquilo, de suave luz reflejada, en el que han sido determinantes la elección de textura y color de los materiales empleados: estuco, esmalte satinado, vidrios, y mármol blanco Macael.
Mejorar la accesibilidad con la instalación de un ascensor
2. Lema «un mueble transparente a medida»
Instalación de un ascensor eléctrico de doble embarque Kone Maxispace, con maquinaria powerdisc de bajo consumo, sin contrapeso ni cuarto de maquinas. Hecho a medida del hueco existente, es totalmente independiente de la escalera, y mantiene intactos los elementos originales de escalera, barandilla, y cubierta.
La caja del elevador es una esbelta estructura de pletina de acero calibrada L80.10mm con placas de rigidización de 70.70.10 mm de, cuya estructura horizontal formada por dos T40.4mm, se adapta a la inclinación de las zancas para aumentar su ligereza. Se completa con un sistema de grandes vidrios de una pieza, colocados desde el exterior excepto en los tramos de barandilla que se instalan en tres piezas desde el interior, una vez colocadas las guías del elevador. Han convertido el espacio colectivo en un conjunto luminoso y tranquilo, de suave luz reflejada, en el que han sido determinantes la elección de textura y color de los materiales empleados: estuco, esmalte satinado, vidrios, y mármol blanco Macael.
Actualización de las condiciones de habitabilidad mediante la renovación completa de instalaciones.
3. Lema «la importancia de lo que no se ve»
La renovación completa de todas las instalaciones del edificio, electricidad e iluminación, abastecimiento y distribución de agua, telefonía, televisión, portero automático, saneamiento y pocería, ha supuesto el principal reto de la intervención.
Los nuevos trazados, aunque por diversas causas necesarios en todos los casos, se han realizado al igual que la obra con los vecinos habitando en la casa, coexistiendo durante los trabajos las instalaciones antiguas todavía en uso, con las nuevas hasta su puesta en servicio, y han permitido entre otras, la eliminación del cableado de antenas y teléfono, existente en ambas fachadas.
Es de reseñar la gran complejidad y dificultad de estas operaciones de microcirugía, en un edificio de entramado de madera, al asumir como valor prioritario la integración adecuada de estas nuevas instalaciones. Solo conseguir el pequeño gran objetivo, de evitar la instalación de acometidas en la fachada del edificio, ha supuesto 18 meses de gestiones con el Ayuntamiento de Madrid, Iberdrola y el Canal de Isabel II.
Nueva imagen de los espacios comunes.
4. Lema «unión de voluntades. Otros cien años»
Las reformas anteriores a esta intervención, habían negado sistemáticamente los valores positivos del edificio, por lo que nuestra actuación se ha fundamentado en la recuperación de esos valores. Recuperación, puesta en valor y reinterpretación sin mimetismos de los valores originales, esenciales o singulares, como altura de techos, organización espacial, sistema estructural, y coherencia constructiva, desde un punto de vista contemporáneo en respetuoso equilibrio con el patrimonio construido y la vida de las personas.