BAQ 2018 |
CATEGORÍA REHABILITACIÓN Y RECICLAJE |
CHILE |
AUTORES: Carlos Hernán Maillet, Sofía Sanfuertes |
La Parroquia Santa Lucrecia forma parte de lo que fue la Población Huemul (1911 -1918), cuya arquitectura ha sido clasificada dentro del llamado estilo ecléctico, el que permitía disponer de un repertorio formal con la posibilidad de escoger diferentes soluciones. La Iglesia constituye el remate visual de la calle Los Algarrobos.
La iglesia está conformada por una nave principal de dimensiones aproximadas de 30 metros de largo por 11,5 metros de ancho y 8,50 metros de alto interior. Próximas al presbiterio hay dos pequeñas alas laterales. La superficie del templo es de 486,7 m2 incluyendo el coro y el campanario, además el edificio cuenta con una sola torre de 18,10 mts. Construida principalmente con hormigón armado, tanto la estructura de techos de la nave así como la de la cúpula están hecho de este material. Los muros son de albañilería reforzada.
El templo cuenta con numerosos elementos decorativos como cornisas, ménsulas, pinjantes y plafones, ubicados tanto al interior como en las fachadas. Los decorados de los plafones, las cornisas y ménsulas están hechas en yeso.
El interior presenta un juego de colores blanco, verde, celeste, rosa y amarillo, los que, de acuerdo a las estratigrafías realizadas, tenían una tonalidad más suave que la que presentan hoy (previo al proceso de restauración).
Cabe destacar los vitrales que cierran las ventanas de la nave, la sacristía. Sus vidrios montados sobre emplomados son de procedencia francesa y cuentan con la técnica de grisalla. En el sector del presbiterio y de la linterna hay pinturas que representan imágenes de carácter religioso. Entre ellas está aquella que representa a la Mater Dolorosa.
PROCESO DE RESTAURACIÓN:
Las obras de restauración en la Iglesia de Santa Lucrecia se configuraron en dos áreas: obras patrimoniales y estructurales.
Las obras patrimoniales consideraron el afianzamiento y restauración de ménsulas, pinjantes, panneaux, rosetones, crespones, espigones, pinturas murales y consolidación de los elementos decorativos de la Iglesia.
Estos trabajos fueron abordados con talleres de restauración in situ, dirigidos por el arquitecto Carlos Maillet Aránguiz, y con protocolos altamente exigentes en materia de restauración. Se reemplazaron yeserías y se aplicaron los criterios tendientes a volver a la iglesia a su estado prístino, puesto que habían recibido intervenciones deficientes durante los últimos 40 años.
Por tanto, se orientó la intervención patrimonial a restaurar el carácter original de la obra de Ricardo Larraín Bravo, dirigida hacia un Neo Barroco Español con tintes moriscos, pero que en su sección estructural utiliza elementos modernos tales como fierro estriado (en 1917) y otros de notable factura artesanal.
Se privilegió un acabado monocromático para resaltar las volutas y detalles ornamentales de la parroquia. Este color se estudió con diversas prospecciones cromáticas y capilares, deduciendo el acabado tipo marfil de sus muros.
En materia estructural, las obras de reparación consistieron en la remodelación del eje vertical del Ábside, con daños graves de tipo colapso post terremoto del 27F de 2010, y reparación de grietas en diversos sectores de la Iglesia.