BAQ2018 |
CATEGORÍA DISEÑO ARQUITECTÓNICO |
ECUADOR |
Autor: David Chonillo Breilh. Colaboradores: Boris Vélez, Juan Pablo Tinoco. |
Samariwasi, en el idioma quechua, significa casa de descanso. El cliente es un empresario que invirtió en un espacio de interacción y convivencia para sus futuras generaciones.
El proyecto tiene seis habitaciones para albergar a cada familia de la segunda generación, y el dormitorio principal para la primera generación. El concepto es un proyecto de bungalós integrados en un solo techo por motivos climáticos, de seguridad y de integración familiar. Los dormitorios están en el ala sur, y cuentan con circulación interna y externa.
El programa, son las necesidades de la familia, como: descanso, integración y convivencia. El espacio y el contexto de la zona son muy especiales, situado a 1354 metros de altura. Cuenta con un clima primaveral durante todo el año. Tiene vertientes de aguas naturales, montañas verdes a su alrededor, fauna y un cielo estrellado del cual aprovechar.
El lote es de forma peculiar y con topografía. El mayor desafío del concepto fue encontrar la ubicación adecuada del programa y aprovechar la vista del paisaje. La casa con forma de L, paralela a los linderos residenciales con un retiro en el ingreso a la vivienda, siendo éste el eje principal del proyecto, y es además eje del recorrido del sol (Este-Oeste) con el que cuentan el ingreso, vestíbulo y sala exterior. Ésta forma tiene una apertura mayor a 90 grados que permite una vista panorámica del bosque y del río desde todos los espacios del proyecto. También es la línea central que refleja el ala privada de dormitorios con la ala social. Si entendemos los ejes, comprenderemos como está compuesta la casa en todas sus direcciones de diseño y de construcción.
El estilo del proyecto es ecléctico, es decir, tiene varias influencias: asiáticas, clásicas, tradicionales y modernas, utilizando materiales y métodos constructivos vernaculares de la región, convirtiéndose en una composición sencilla y armoniosa entre sus elementos y el mágico entorno.
Los cimientos son de hormigón y hierro, la estructura interna de metal y la estructura externa de eucalipto. El uso del metal permitió ser ágiles en tiempo de construcción y además, lograr grandes proporciones. Los acabados son de piedra, madera, adobe y barro, con la intención de fortalecer la identidad andina con sus materiales y métodos constructivos. Es una sinergia entre la costa y la sierra, y es ahí donde la casa se ubica, donde crece el banano como también las flores andinas.
Su jardín lleno de vegetación y flores de la zona, la montaña y el bosque, son los elementos que le dan la forma al proyecto. Todos los espacios interiores cuentan con ventilación cruzada y con luz natural. El techo tiene un sistema de ventilación que permite expulsar el calor de forma natural, de tal forma que mantiene el interior con constante ventilación para eliminar la humedad. Las tres piletas exteriores trabajan 24/7 por gravedad, con drenajes que mantienen la casa aislada de humedad, permitiendo la circulación del agua y creando un ambiente apto para peces, tortugas y patos. La diversidad de plantas y la exuberancia de vegetación atraen gran cantidad colibríes, así como diferentes aves del lugar, de tal manera que la naturaleza se integra completamente con la vivienda, logrando el deseo del propietario de contar con una casa de descanso y de poder gozar de la naturaleza en todo su sentido.